Si cedemos a la influencia de la mediocridad ocupamos un espacio en este aspecto. ¡Es tan facil dejarse arrastrar por la corriente de agua rio abajo !
Despertamos en el acantilado, despues de haber sido noqueados por el golpe. Es hermoso ver el horizonte de nuevo. Nos hemos liberado del fango bajo el torrente de la cascada y con los ojos limpios otra vez arrinconamos el dolor, como tras un parto se olvida el tormento padecido al contemplar el rostro de tu hijo.
La genialidad del artista consiste en saber discriminar lo visceral de lo bello para luego reconocer que son necesarios el uno y el otro. Los necesitamos.
Precisamos caer en lo mezquino, codearnos en los barrios bajos, proferir insultos obscenos, ser crueles para luego, ser rescatados por el encanto de lo bueno y bello de esta vida.
Y así, buscar el equilibrio.