domingo, 26 de abril de 2015

Pensamientos






El árbol es árbol, un pequeño jardín, un insignificante lugar. De lo más minúsculo se aprenden grandes enseñanzas...cuidamos nuestra planta para que no enferme y cobre salud, pero ignoramos la del vecino que se pudre y muere.
Puede que no soportemos que nuestros amigos sufran, y poco  nos importa que nuestros enemigos sufran. Incluso si nos alegramos de ello, solo pensamos en obtener un beneficio personal.



Muy poco puedo hacer con unas palabras si no cultivo el altruismo. Si creo que alguien es indigno de alcanzar lo más alto, la ayuda a los demás será pobre. Decidir ayudar a las personas, nos gusten o no, nos elevará y comprenderemos que el mecanismo del amor se mueve por la compasión.




La compasión es una semilla a la que hay que darla sol y agua para que aumente. ¡Ojala pudiéramos librar del sufrimiento a nuestros amigos!, pensamos con frecuencia...pero si pudiéramos librar del sufrimiento a todas las personas del mundo , todos seríamos felices.



La compasión es altruista y ecuánime. Sentir compasión no nos hace débiles sino grandes de espíritu y fuertes en nuestro interior.

lunes, 6 de abril de 2015

Los talentos




Una de las enseñanzas que más me gustaban de niña  citada en el Nuevo Testamento era la Parábola de los talentos. No se porqué, pero esta Semana Santa la he recordado infinidad de veces, realizando pequeñas tareas , observando la naturaleza, en un ambiente muy tranquilo, lejos del ruido y cerca del silencio que nos han proporcionado las vacaciones en casa . Una pequeña reflexión sobre ella, sería pobre, porque no podría expresar la profundidad de su mensaje.Lo intentaré.

Los talentos, aquella moneda de oro que utilizaban los hebreos es el instrumento utilizado por el profeta para darnos a entender que todos recibimos de Dios unos dones espirituales, unos talentos, que debemos desarrollar y que deben de prosperar. Para aumentar ese tesoro divino, no debemos esconderlos o malgastarlos porque nos autosancionamos a vivir en la profunda oscuridad, en la ruina para nuestra alma.

El hombre que posee un talento divino debe trabajar su espíritu día a día, vivir en la luz para que su alma progrese. Al final de nuestra vida, dice el profeta, nos pedirán cuentas, como el amo que pide cuentas a su mayordomo. No servirá de nada ni la mentira, ni el egoísmo, ni la falsedad,y si en cambio, la generosidad, el altruismo, la verdad , la devoción y la dedicación a cultivar nuestra espiritualidad.

Mientras desgrano unos guisantes, uno a uno, intento que no se me caigan, que ni un solo grano se pierda. Hay vainas pequeñas, repletas a rebosar sus entrañas con sus semillas plenas y gruesas y hay vainas grandes, brillantes por fuera y vacías por dentro. Todas recibieron la luz del sol y el mismo agua, algunas incluso más. Miro ese plato con una devoción especial, como si el soltar esas cuentas verdes hubiera sido un rezo y doy gracias por ello.

En la luz todo avanza, pero en la oscuridad todo se marchita y muere.