domingo, 14 de abril de 2024

El todólogo






EL TODÓLOGO

Estaba en la penumbra, allí, agazapado en una esquina, armado impasible, como el que no mira, con su móvil. La figura alta, firme, pero un poco inclinada como el jorobado de Notre Dame, buscando datos en la web, incansable, no dando tregua a su cerebro que todo lo busca y que todo lo abarca: es el todólogo del barrio.

De su voz potente (que no ahorra en decibelios ni en decoración de gargarismos antes de sus recitales de sabiduría) , saben bien todos los vecinos; con ventanas abiertas o cerradas, con misiles de protección anti volumen, nadie se libra de su perorata.

Comienza el espectáculo en el interludio en el que, el público saca a pasear a sus perrillos, a fumarse un pitillo (o algo peor) o a tomar la fresca. A veces, no se arranca ni con un cordial "buenas tardes", e inicia directamente el tema de debate con su facilidad de palabra hueca y su sabiduría espontánea. Palabra de Dios con la Biblia de Internet en la mano. Pocos osan rebatir su elocuencia y saber. Pocos tienen el coraje, y se escuchan más  síes que noes, concediendo la razón para el deleite del orador compulsivo.

Así están las cosas con los que, aburridos,  buscan la información confidencial en las nuevas tecnologías y se plantan a lucirse en medio del cuarto de hora, voceando su habilidad secreta. Todo lo conocen, todo lo tienen bajo control... Hasta que, a veces, algunos espantados cerebros, escuchando incoherencias graves o tamañas barbaridades deciden cortar por lo sano los desaguisados. Tal cual,  de forma espontánea, de un tajo firme, causan el mutismo repentino del sabelotodo, que huye espantado con la excusa de que tenía algo en el fuego.

Estos personajes que entretienen nuestras ratos, son la sal de la vida, como Quijotes y Sanchos, cual juglares perpetuos que controlan la política, el fútbol, los cotilleos del corazón y las últimas noticias... son esos inocentes resabidillos, a los que hoy les dedico este momento de ternura. No creo que nadie quiera que se extingan, aunque ahora, peligrosamente, se nos hayan modernizado tanto. 

Será mejor no consultar a la inteligencia artificial  para saber qué opina sobre esto, no vaya a ser que también se nos anime, se auto estimule y se busque una alameda iluminada, amplificando con I-Vox su voz plagiada y nos regale una disertación gratis todas las mañanas. A evitar.


Isabel Bravo Gutiérrez-Barquín ( Abril 2024)




miércoles, 20 de marzo de 2024

La lechuza de Minerva









Minerva había capturado una extraña lechuza. Aquella noche sucedió algo extraordinario en su bosque-jardín exótico; en el interior de la jaula de color dorado que ella escondía, debajo de una cubierta negra había una lechuza atrapada . Al entrar por el agujero, la puerta se le había cerrado con una trampilla automática y el ave se había quedado aislada sin posibilidad de huida.

Le gustó aquella forma de corazón de su cabeza , el plumaje de aspecto suave y vistoso aunque, no tanto, un inusual  aspecto medio albino y medio morado que recubría su cuerpo.

Estuvo un tiempo contemplándolo y observó contrariada que tenía una pata herida. Había sangre en el suelo. Sin duda, había estado buscando refugio para curarse y sin querer, se había encontrado con una cárcel de por medio. Parecía como si la aparición de esa lechuza fuera un presagio que augurara algún acontecimiento en su vida o por lo menos, así lo presentía Minerva. 

Durante unos días le alimentó como pudo ofreciéndole insectos, algún pajarillo y algún que otro roedor que compró en la tienda del pueblo. Se los traía vivos, los posaba en la jaula como si fueran una ofrenda mística hasta que él se lanzaba sobre ellos y los devoraba sin contemplaciones.

Colocó la gran jaula junto a un olivo cerca de la casa y dejó abierta la puerta de par en par para ver si salía. Aquel día el tiempo estaba agitado; durante toda  la tarde había hecho un viento un tanto inquietante,  y ya de noche, por fin, observó con alegría cómo salía con timidez, dando saltitos hasta desaparecer con un bonito vuelo desplegando sus enormes alas. Pero al día siguiente regresó.

Así se acostumbró a ir y volver y para cuando se dieron cuenta pasados los días, ya se habían hecho amigos. Un día la lechuza se puso a hablar con Minerva para su sorpresa. En ese momento mágico le contó cómo una crueles mujeres habían intentado teñir de color morado sus plumas para que fuera la mascota de una manifestación feminista. Ante tamaña maldad había reaccionado con espanto, con tan mala fortuna que su patita se había dañado en la huida.

Pero tú no estás conmigo por casualidad ni para contarme eso ¿verdad?- Le preguntó Minerva- Tu presencia en mi jardín tiene algún significado añadido. ¿Me equivoco?

La lechuza posó sus penetrantes ojos  en la mujer y no quiso contestar. Como toda respuesta se giró en redondo y se marchó volando hasta desparecer entre la niebla de la noche.

La pregunta sin respuesta quedó en aire como un enigma místico...Aún Minerva busca respuestas a sus incógnitas en el aire. Quizás la solución a todos nuestros conflictos están en nuestra propia conciencia.



domingo, 18 de febrero de 2024

TÁCTICAS...

 






Decía Mario Benedetti: "Mi  táctica es

                                                             mirarte

                                       aprender como sos

                                       quererte como sos

                                       mi táctica es

                                                           hablarte

                                      y escucharte

                                      construir con palabras

                                     un puente indestructible..."


             Y esa estrategia de quedarse en el recuerdo de la otra persona, de la manera que fuera, siendo franco y sin tapujos, sabiendo lo que hay entre dos para que ella, atrapada, le necesitara...Esa es la táctica del seductor,  y por qué no, también la de la hechicera. 

Mirarte, no es mal plan, no. Me llevan horas, días, semanas,  años aprenderte, conocer lo que no sé aún de ti. Y te quiero como eres. No pido más que quedarme en tu cabeza y llenarla de mis risas, de mis palabras, de mis meteduras de pata. Y que me pienses.     

Decía Mario Benedetti: " y que no nos vendamos

                                         simulacros

                                         para que entre los dos

                                        no haya telón

                                                             ni abismos"         


Isabel

domingo, 21 de enero de 2024

Mi palabra

 






Tengo la palabra. Muy pequeñita, por cierto. Mi blog es un sitio privado donde no admito comentarios. Al no permitir ese debate público sólo tengo dos seguidores. Es una razón muy plausible que al no dejar opinar la gente no se apunte ¿No lo creen? Desde entonces,  han entrado, sin embargo, 44.786 personas. Si lo pensamos bien, no es mucho,  teniendo en cuenta que fue inaugurado en el 2008 como si fuera un experimento científico, sin muchas pretensiones. En este mes lo han consultado 351 personas y en el pasado mes, donde solo escribí un  breve artículo, 428...Ayer 12.

Por esto y por más, no creo que mis frases posean ningún tipo de influencia mediática. Publico en Facebook y hay gente que le da a "Me gusta", pero ni lo lee. Lo que yo publico, no tiene ninguna repercusión,  sin embargo, vamos a probar. Tengo la palabra, como digo.

Creo en la libertad, fervientemente. Admiro a las personas que se expresan sin tapujos, que dicen lo que piensan sin miedo. Los que escribimos deberíamos de ser así: plasmar en nuestros diarios las injusticias, hacer remover conciencias por los desamparados, gritar lo que no nos parece comprensible y hablar de la crueldad cotidiana para poder frenarla.  Asimismo, alejarse de la cursilería es un don y sería más interesante poder adoptar un tono más empático y construir ejemplos edificantes con lo bello en el amor, impulsar la liberación pacífica de las fronteras, instruir en la educación por la sensibilidad y la empatía; en el arte, golpear con música los corazones, deleitar los sentidos con el aroma de lo ecuánime de la razón y la locura de las sensaciones emocionales. Ese mundo es donde me gustaría vivir en paz y dejar vivir al que piensa diferente. Podría ser real, si, añadiendo la importancia de sabernos imperfectos y  la reflexión de nuestros errores cotidianos aceptando la bondad de los espíritus solidarios.

¿Estoy soñando despierta? Puede que sí. No pasa un día sin que un malnacido no viole a un ser indefenso o no haya una guerra o un atentado aquí o allá. Las arcas de los tesoros comunitarios se nos llenan de sabandijas que meten sus sucias manos en las riquezas, sin piedad del paria que no tuvo suerte porque no estuvo en el lugar apropiado a la hora convenida. Hazte ladrón, te dicen y así triunfarás. Conseguir dinero fácil con engaños, drogas, prostitución...Lo preocupante es lo normalizado y cotidiano que es esto.

Nos peleamos por otro lado, por fruslerías del abecedario cuando lo que realmente importa del sexo es el respeto y la convivencia, dando juego a la cizaña de los enredadores, introduciéndose  por todos los huecos de nuestras debilidades hasta propagarse. La risa también se ve afectada y donde antes hubo un chiste inocente, ahora hay un hosco gesto de desprecio. Reírse de uno mismo ahora ya no está de moda. Es más simpático ridiculizar al sector que interesa por el manipulador de turno.

Del desprecio a la cultura ya no se ni qué decir. Llenar las cabezas pensantes del que piensa con muchas tareas, hace que se despiste y pierda su tiempo de creatividad. Mientras el mejor experto en sandeces on-line y off-line se hace rico, el verdadero maestro, asiste ,con desgana, a esos cursos de invitado obligado y así, se olvide al final de quién era él, de su nombre, de su enseñanza y se preocupe tan sólo, de llenar su plato de lentejas y asegurar su cebada. Cogiendo el plato en vez de la llave, el preso no puede salir de su celda.

El mundo está dando un giro que no me gusta. Se premia al corrupto y nadie dice nada. Se absuelve al delincuente con influencias. Si alguien habla un idioma diferente, su nombre es borrado de las filas de adeptos de la manada de correctos. Esos "Supercicutas"  nos dictan las normas, usted tiene razón, el otro no. En los oficios se evalúa la sumisión. Nunca dudes o mires de soslayo a tu superior porque en este panal está dispuesto quién reina y quién no.

Si no estás de acuerdo, coge tu puerta y corre. Al final, quieren que cantemos al unísono la canción "Tomorow belongs to me" y nunca identificaremos quién la compuso y qué quiso denunciar.