martes, 28 de mayo de 2019

Mis amigos y otros animales






La amistad se me representa en plural, como ráfagas de viento: frío o cálido,suave o tierno, potente y atronador. Se desarrolla cambiante como la música, en tono menor o mayor, en pianíssimo o fortíssimo, pleno de contrastes agógicos, con diferentes acentos y articulaciones...y muere, como la vida misma , cuando le llega el momento.

Esta semana he estado con mis alumnos leyendo el poema sobre la amistad de Jose Luis Borges,
 "El árbol de los amigos".  Los amigos son hojas que nacen de nuestro árbol de la vida o que florecen en nuestras ramas demostrando que nada sucede por casualidad. Son personas de las  que nos llevaremos algo de ellos, y ellos también de nosotros. 

Nos arrebatarán la risa, el corazón, el tiempo, nuestro cuerpo y nuestra alma. Algunos se alejarán, se pueden enfadar  y tendrán el poder de aplastarnos la cabeza como a gusanos, podrán odiarnos, criticarnos, desdecir el amor que nos tenían por despecho, por celos, por lo que sea. Amigos que ya no serán amigos, engañados por el ego, otras amistades, otras influencias.

La amistad debería de ser un vínculo sagrado que no traiciona, ama ,ayuda, escucha, aconseja y que no debería alejarse  indefenso, si es atacado o si cree que ya no es necesario. Pablo Neruda dice en su poema sobre las amistades eternas que si te alejas, esa amistad eterna te sigue y no te abandona jamás. Y es verdad.

Hacía más de 10 años que no veía a una amiga. Me avisó del fallecimiento de su madre y allí estuve con ella, como si el tiempo se hubiera detenido, la misma sonrisa y el mismo afecto de siempre en sus ojos agradecidos de tenerme cerca...46 años de amistad, desde niñas, conociéndonos con nuestros defectos y limitaciones. Eso si, nuestras vidas ahora, tienen diferentes rumbos , ideologías, amigos, igual puedo decir que nos parece hasta incomprensible la vida de la una y de la otra, tan diferentes, tan raras. Pero a pesar de ser animales de otra especie, sabemos que podemos contar siempre para cualquier cosa. Eso es la amistad eterna.

Para terminar citaré a Benedetti, cómo no, que dice "Con tu puedo y con mi quiero, vamos juntos compañero". Amigos con los que hemos luchado, tanto, tanto, tanto...que se me llenan los ojos de lágrimas al recordarlo, que algunos ya no estáis conmigo y aunque os convoque ya no os puedo expresar lo que fuisteis para mi...Por eso hay que decirlo ahora y siempre. No hay que dejar de decir lo importantes que sois en nuestras vidas y cuanto, cuanto os queremos. Mis amigos,...me quedo con los que tengo ahora, los que estáis conmigo, los que me hacéis reír, los que me perdonáis si me equivoco , los que queréis conocerme y amarme. Amigos especiales, los casuales, los del alma, ¡ay! y aquellos amigos enamorados, que como dice Borges, " dan brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios y saltos a nuestros pies".

A todos vosotros, gracias. Os quiero, por si lo dudabais.

martes, 21 de mayo de 2019

El arte de estornudar











Este fin de semana ha tocado limpieza del ático y entre otras maravillas escondidas y amontonadas, he encontrado un magnífico artículo oculto entre las tapas de un libro de música, que desde luego, no tiene desperdicio. Se  titula:  " El placer de estornudar", de Victor Pliego de Andrés. Esas cosillas que yo a veces, atesoro, olvido y luego recuerdo con un cierto placer.  Me gustaría compartir con vosotros algunas de las frases que escribe.

En el se relatan la eternas vicisitudes de los espectadores que acuden a los conciertos dispuestos a estornudar, toser y maniobrar con los envoltorios de sus caramelillos impertinentes en cuanto comienza el concierto.
Dice el texto: " Los adictos a estos estrepitosos bálsamos suelen esperar a que empiece la música para abordar la delicada operación de desempaquetado. La maniobra se ejecuta con gran parsimonia y minuciosidad, sádica delectación y aparente disimulo. Aunque existen antitusígenos suministrados en cajas de cartón, los melómanos solo renuncian al celofán en casos de fuerza mayor".

Desde luego,yo no recuerdo haber asistido a ningún concierto sin tos, estornudo o  caramelo difícil de ser desenvuelto. Es un artículo muy a propósito para esta época primaveral en la que abundan los estornudos alérgicos y enfermos con problemas respiratorios, que sin embargo, no renuncian a ir a su habitual concierto de temporada pase lo que pase, caiga quien caiga. Tan cierto que, comenta,
 " Ignoro si se ha hecho algún estudio epidemiológico sobre la incidencia de la música en las complicaciones respiratorias. En el cine y en el teatro esta epidemia se advierte mucho menos (no ocurre así con la plaga del telefonillo, que es universal)."

 Añade Victor Pliego de Andrés ," Algunos idean estrategias para acomodar su tos al momento más oportuno. Los prudentes esperan al final del concierto o al inciso entre los movimientos, para desahogarse a pleno pulmón con toda libertad. Los discretos se reprimen apretando la boca con el puño. Prolongan así la angustia más allá de lo necesario y de lo soportable. Están dispuestos a morir por asfixia antes de abandonar la sala y perderse una nota del concierto. Los astutos aguardan hasta que llegan un fortefortissimo para esconder su tos entre el barullo, de forma casi infructuosa. Una ingeniosa espectadora insertaba en cierta ocasión su tos seca cada vez que el maestro pasaba una página. El efecto era sorprendente: parecía que la hojas de la partitura se rasgaban..."

 Parece ser que esta riqueza de efectos auditivos fue descubierta por  Kurt Schwitters, compositor representativo del Dadaísmo que compuso un Scherzo para estornudos en 1936. No he podido encontrarlo en internet pero, aquí os dejo una muestra de su arte absurdo...no tan absurdo si comprendemos la contaminación acústica que a diario padecemos y a la que nos vemos sometidos. Buen provecho.







martes, 14 de mayo de 2019

Los retorcidos







No me gustan las cosas retorcidas, las palabras enrevesadas, las frases recargadas, los muebles rococó, las ideas musicales que no están claras. Es como cuando viene el río revuelto y aunque sea ganancia de pescadores, no puedes ver en el fondo aquello que está contaminado,ni beber de su agua a placer.
Deleitarnos contemplando las sinuosas ramas de la vid  y sus ensortijados surcos no es mi estilo...prefiero comer de sus racimos o beber su zumo confiadamente, a pesar de que luego pueda estar envenenado o sentarme mal.

El general chino del siglo VI a.C., Sun Tzu, en su tratado el "Arte de la guerra", hace un guiño a la escala pentatónica y comenta que " Las notas de la música son solamente cinco , pero sus combinaciones son tan numerosas que es imposible escucharlas todas."
Había un compositor vasco ya fallecido, cuyo nombre prefiero no citarlo porque no se puede defender, el pobre, del que recuerdo que explicaba su creación magistral a mi maestro de esta manera: "Ponemos una nota aquí y otra allá...y mira cómo suena".Su finalidad era ser especialista en notas a mansalva, ocupando un espacio auditivo por el afán de la sonoridad  , esto es: el barullo.

Lo mismo pasa  con las palabras. Escribir por escribir, hablar por hablar, decir tonterías por decirlas y deducir que  la palabra más rebuscada que encontremos en el diccionario nos  puede llegar a convertir en artistas originales. Todo ello, es un craso error. Es como el pintor que añade excesivo material a un cuadro sin ton ni son. ¡Toma paletada de óleo para que quede más espeso! , y ¡plof! lo rellena, y  al final, todo es una especie de Sindrome de Diógenes artístico donde la cantidad o lo rebuscado es de lo más "chic".

Si se te ocurre aconsejar a algún músico amante de las escalas o del exceso de virtuosismo de buscar la sencillez en la expresión, sus divinos ojos te pueden traspasar la médula espinal y paralizarte como Mr. Spok. ¡Quién te mandará a ti meterte en recomendaciones! Total, que ese gesto de buena voluntad no les ayudará nunca a comprender las frases de 16 compases, las cadencias cerradas y abiertas, los contrastes, los motivos principales o los secundarios..., la música.

Inútil opinar.Ya lo decía aquel en un tango: "Porque no engraso los ejes, me llaman abandonao, si a mi me gusta que suenen paqué los quiero engrasar..." Pues, nada, en boca cerrada, no entran moscas. Mejor no pensar en la sinestesia de mi antigua profesora de Estética del Conservatorio, Dña. Beatriz del Fresno y en la bofetada visual que recibiría después de oír a los retorcidos que buscan en la complejidad la expresión del Arte supremo.

Dice el cántico de Jean Racine:
"...Rompemos el silencio de la noche tranquila
Divino Salvador pon sobre nosotros tus ojos,
El infierno entero huya al sonido de tu voz..."
Que huya y la paz sea con todos nosotros. Amén.

sábado, 4 de mayo de 2019

El silencio del doblador













Eres como un camaleón, otras veces el hombre de las mil caras. Nunca sabré si tienes poker, amigo...y tu voz plena de sentimientos confusos, otro enigma. Desde el púlpito profano tu energía se  materializa en un manifiesto a la hereje risa que desconcierta.

El perfecto malo para este guión se llama Txemi del Olmo, pirata, nazi, kamikaze, gaviota, abuelo...asesino a sueldo.
Compartimos el amor a la naturaleza, lo bello donde tu y yo lo vemos, el humor sarcástico, irónico, grotesco, sencillo, agudo...el humor.

Vuelas, corres kilómetros buscando nidos vacíos de tejedores divorciados, golondrinas enemigas de D. Gustavo Adolfo Becquer, cigüeñas perdidas por los tejados de París, ballenas varadas, castillos , tierras y siluetas insospechadas.
Sabes entender como nadie conmigo, el canto de los pájaros. Cuentas historias que ya conozco y me parece que las escucho por primera vez.
Te apropias de crear vínculos firmes con las palabras y me asombra conocerte desde hace tanto tiempo... aunque el reloj de arena marque solo un paso.

Para ti el silencio es el brillo de tus ojos con lo que callas. Y disimulas a la perfección todo lo que esconde esa cabeza de pelo ondulado.

No quiero morirme sin saber el final de la película que doblaste ayer, porqué tienes las gafas rotas  y  cuantas veces has susurrado frases crueles a una mujer mientras  haces el amor.
Tenemos en común esos ojos que se miran y saben reírse de la vida, hasta de la gaseosa. Observamos la envoltura de las palabras y les damos más de un sentido... sin aburrirnos de jugar a desenvolver el verdadero contenido de ese caramelo.
Eres tu, uuuuuuh, como el agua de mi fuente, no, en serio,  único, fantástico, divertido...el mago del juego de los efectos y los afectos con tu voz ronca, sinuosa, enérgica, vacilante y loca.Y, curiosamente, no te tengo miedo...¿Debería?

Analizamos de vez en cuando, el test de Rorschach,  escuchando rosas que yo publico. Me gusta cómo observas el horizonte cuando escondes la verdad y como decía el poeta," cuando callas, porque estás como ausente"...pero es un espejismo sin duda, porque aunque estés en silencio, tus secretos hablan por ti.

Me va a quedar hoy, sin embargo, el dilema de conocer la entonación de estas palabras mías, cuando me leas en voz alta . Sabrás descifrarlas como ninguno, seguro, y poner el dedo en la llaga en el acento que se me olvidó, la coma que no puse, diablos, truenos y centellas...¿Porqué serás así!

Un día me lo contarás. Cuando regreses de estar con Véronique Sanson, tu musa, y se te olvide un instante su influjo, quizás me puedas dedicar esos minutos.