Un timbal. Golpean y rebota el sonido.
Se expande.
Un violín. Frotando nace el caos.
Se expande.
Una voz. Retumba y su eco perdura.
Se expande.
Poco importa el sonido, el caos y el eco en medio de la nada.
Continúa fluyendo y sucederá lo que deba suceder.