jueves, 21 de julio de 2011

La injusta música


Cuando un músico prepara una prueba, un concierto, una conferencia o una clase se realiza normalmente un esfuerzo de concentración y de meditación especial. El estado psicológico, el físico y el anímico debe de estar en buenas condiciones para llevar a efecto lo que se nos requiera. Cualquier desequilibrio nos puede hacer dudar y por eso una actitud serena a veces, puede ser la clave del éxito.

Cuando G. Bizet estrenó su ópera "Carmen" en 1875, el duro público que asistió no percibió en absoluto el gran trabajo del músico y se mostró extrañado, indiferente y frío.Esa indiferencia provocó que el compositor cayera en una gran desesperación, según testigos de la época y fuera preso de una gran depresión. Tres meses más tarde, Bizet había muerto.
Por supuesto, que Bizet no murió a causa de la indiferencia del público ya que la causa fue una angina de pecho, mal que había sufrido antes y superado varias veces. Pero actualmente no se puede dudar de que las depresiones del ánimo minaron su capacidad de resistencia y de que sólo así pudo la enfermedad ejercer su poder mortífero.
Así nos luce el pelo a muchos supuestos jueces,críticos,tribunales "imparciales"....que no perciben en absoluto nada de nada. Juzgan sin juicio, critican sin razón y toman parte en tribunales con una imparcialidad alterada. El trabajo de años y años de muchos músicos y artistas es puesto en tela de juicio y prejuzgado todos los días en cafeterías,reuniones con mala uva, Conservatorios, teatros, teatrillos y demás.
Poco les importa a esa calaña el padecimiento que ocasionan con su incomprensión y mal hacer porque viven en exceso apegados al egoísta mundo de la indiferencia o al cultivo de la intriga y el escarmiento ajeno. Yo, a esta pandilla de gente sin escrúpulos les diría que no necesitamos lecciones, que olviden sus lecciones. ¿Porqué provocais sufrimiento sin motivo?¿Es que estáis ciegos, no lo veis?
¿Sois crueles o poseedores de la verdad absoluta?¿Qué sois?
Buscamos la felicidad en el lugar equivocado. Con vosotros de guías o compañeros de viaje es imposible. Hay que cambiar el rumbo, buscar otra salida. Ahora la montaña es más alta para aquellos que sufren injustamente, los desfiladeros más peligrosos, las curvas más cerradas....
 Quizás solo necesitamos quitar las barreras que nos impiden hablar y comunicarnos sin tapujos,  ya que todo nuestro bienestar en esta vida está íntimamente ligado a todos los que nos rodean. Nunca sabremos en qué momento del camino nos encontraremos de nuevo con aquellos que con su error provocaron el sufrimiento.
¡Ójala fueramos capaces de sentir las alegrías y los fracasos de todos, les amemos o nó, compañeros, amigos, familiares, extraños!
 Que mis palabras sirvan para aliviar el dolor. De corazón.