Estaba ahí de pié, debajo del arco formado por dos árboles de distinta especie, hermanos que se abrazan sin importarles su origen. Estaba , como digo, mirando aquel pájaro en lo alto del tejado, erguido, orgulloso quizá de pertenecer al anochecer, como yo, absorto en su momento, ignorante de lo que ocurre a su alrededor....entonces pensé mientras sentía la fragancia de la primavera nocturna, en lo bello que es no preocuparse por nada y dejar que nuestros problemas se acaben de golpe, sin pensar en qué sucederá mañana, si estaremos seguros o podremos afrontar lo que venga.
Así, he dejado que se vierta en mí y en mis sentidos, la inocencia del momento,ese esplendor de los frutos y las plantas despues del frio invierno,ese pulular de los insectos , la abundancia de todo ser viviente que resurge de su letargo y ese olor especial....ese olor limpio y sano.
Así deberían de ser siempre nuestros pensamientos: limpios y sanos,sin deseos mundanos, sin ningún objetivo, sin querer alcanzar nada. Solo esperar sin espera, ensimismados ,contemplando el brillo plata que se refleja en las hojas ,en esta noche mágica. Aquí,en soledad y en silencio donde la serenidad me acompaña.
jueves, 28 de abril de 2011
domingo, 24 de abril de 2011
El arte del amor
Tita no podía darse cuenta de nada....Sentía que estaba llegando al climax de una manera tan intensa que sus ojos cerrados se iluminaron y ante ella apareció un brillante tunel.
Recordó en ese instante las palabras que algún día John le había dicho:" Si por una emoción fuerte se llegan a encender todos los cerillos que llevamos en nuestro interior de un solo golpe, se produce un resplandor tan fuerte que ilumina más allá de lo que podemos ver normalmente, y entonces ante nuestros ojos aparece un túnel esplendoroso y que muestra el camino que olvidamos al momento de nacer y que nos llama a reencontrar nuestro perdido origen divino. El alma desea reintegrarse al lugar de donde proviene, dejando al cuerpo inerte"....(Laura Esquivel 1994)
miércoles, 20 de abril de 2011
El orden y el caos
Es a mediados del siglo XVIII , cuando el artista huye del exceso de ornamentación, del caos en las formas musicales y busca el orden y el concierto volviendo al estilo marcado por las lineas griegas, donde la sencillez, el uso de la melodía sin contrastes impera. Manda el orden sobre el desequilibrio del Barroco donde se utilizaba la exageración, la diferencia tímbrica y de color en todas las artes.
Ese tira y afloja siempre ha sido y será una constante a lo largo de la Historia, donde el hombre no contento con su situación busca un nuevo rumbo y un nuevo camino en busca de su propio equilibrio.
Debussy reaccionario al movimiento Romántico, utiliza las escalas modales del Gregoriano creando otro estilo: el impresionísmo musical. El jazz reivindica bajo su forma extrovertida y desenfadada el papel del artísta negro por América y toda Europa. El Nacionalísmo musical, la identidad de los pueblos y su cultura.
Todas estas cuestiones son muy evidentes y nadie las cuestiona, pero el orden y el caos nos provocan situaciones en el Arte muy peculiares.
El pensador francés G. Bataille(s.XX) comenta que la transgresión del orden es el principio del placer. Como hemos comentado antes, en la época de Mozart hay una vuelta al concepto equilibrado de lo bello, sin embargo surge al mismo tiempo una corriente filosófica (Sturm und Drang) que nos revelará la belleza de lo siniestro. En el Romanticísmo del XIX se anunciará lo siniestro como emoción y recurso estético.
Pregunto yo entonces, ¿dónde está la barrera del orden y el caos, de lo bello y de lo feo, de lo visible y de lo oculto?
Quizás pensamos que lo feo y lo siniestro no busca su propio equilibrio. Aquello que nos provoca repulsión o no comprendemos por su atrocidad nos hace entrar en crisis existencial y provoca en nosotros la creación de una corriente de rechazo. Así nacen los movimientos artísticas, según la época, el ojo del observador, la emoción que provoca.
Y nosotros juzgamos, elegimos... o nó. Tenemos la posibilidad de ver el Arte en su totalidad sin perturbación, sin juicio y sin indiferencia comprendiendo que pertenece al propio sendero de la vida donde el delito también puede ser calificado de bello.
Ese tira y afloja siempre ha sido y será una constante a lo largo de la Historia, donde el hombre no contento con su situación busca un nuevo rumbo y un nuevo camino en busca de su propio equilibrio.
Debussy reaccionario al movimiento Romántico, utiliza las escalas modales del Gregoriano creando otro estilo: el impresionísmo musical. El jazz reivindica bajo su forma extrovertida y desenfadada el papel del artísta negro por América y toda Europa. El Nacionalísmo musical, la identidad de los pueblos y su cultura.
Todas estas cuestiones son muy evidentes y nadie las cuestiona, pero el orden y el caos nos provocan situaciones en el Arte muy peculiares.
El pensador francés G. Bataille(s.XX) comenta que la transgresión del orden es el principio del placer. Como hemos comentado antes, en la época de Mozart hay una vuelta al concepto equilibrado de lo bello, sin embargo surge al mismo tiempo una corriente filosófica (Sturm und Drang) que nos revelará la belleza de lo siniestro. En el Romanticísmo del XIX se anunciará lo siniestro como emoción y recurso estético.
Pregunto yo entonces, ¿dónde está la barrera del orden y el caos, de lo bello y de lo feo, de lo visible y de lo oculto?
Quizás pensamos que lo feo y lo siniestro no busca su propio equilibrio. Aquello que nos provoca repulsión o no comprendemos por su atrocidad nos hace entrar en crisis existencial y provoca en nosotros la creación de una corriente de rechazo. Así nacen los movimientos artísticas, según la época, el ojo del observador, la emoción que provoca.
Y nosotros juzgamos, elegimos... o nó. Tenemos la posibilidad de ver el Arte en su totalidad sin perturbación, sin juicio y sin indiferencia comprendiendo que pertenece al propio sendero de la vida donde el delito también puede ser calificado de bello.
domingo, 17 de abril de 2011
El sonido
Cualquier texto o composición escrita nos puede describir una serie de impresiones o de sucesos: es la música programática o los textos narrativos. En cierto sentido todo lo que está plasmado puede ser una forma de expresión del estado de ánimo del autor y una muestra de su carácter.
En su forma más sencilla, la música de programa es puramente imitativa: el canto de los pájaros, el sonido de la tormenta, el viento cuando silba, el crepitar del fuego, el dulce fluir del torrente....La imitación busca el derecho de sentir la naturaleza de otra manera y de transmitirla con otra fuente de energía.
Los seres humanos somos sonido sin identidad de sonido. Alcanzamos esa simbiosis al componer, al escribir los efectos que nos produce la naturaleza,al escuchar cada uno de los sonidos que nos rodean y al interiorizarlos y conocer que forman parte no sólo de nuestro entorno, sino también de nuestra propia existencia.
Una silla que cruje, el deleite del sonido al acariciar nuestro pelo, el ladrido de un perro, cualquier pequeño estímulo sonoro forma una realidad inexacta, engañosa a la que debemos escuchar ignorando su procedencia, pero sabiendo que su importancia reside en su propia vida, que es la nuestra.
En su forma más sencilla, la música de programa es puramente imitativa: el canto de los pájaros, el sonido de la tormenta, el viento cuando silba, el crepitar del fuego, el dulce fluir del torrente....La imitación busca el derecho de sentir la naturaleza de otra manera y de transmitirla con otra fuente de energía.
Los seres humanos somos sonido sin identidad de sonido. Alcanzamos esa simbiosis al componer, al escribir los efectos que nos produce la naturaleza,al escuchar cada uno de los sonidos que nos rodean y al interiorizarlos y conocer que forman parte no sólo de nuestro entorno, sino también de nuestra propia existencia.
Una silla que cruje, el deleite del sonido al acariciar nuestro pelo, el ladrido de un perro, cualquier pequeño estímulo sonoro forma una realidad inexacta, engañosa a la que debemos escuchar ignorando su procedencia, pero sabiendo que su importancia reside en su propia vida, que es la nuestra.
viernes, 8 de abril de 2011
Anécdotas musicales
Es bien sabido que todo el mundo tiene su lado oculto o su faceta desconocida.En la vida de los artistas hay multitud de anécdotas que nos sorprenden. Comentaré algunas curiosas.
Gioachino Rossini, célebre compositor conocido por su ópera El Barbero de Sevilla o Guillermo Tell,su última obra, dejó de componer súbitamente por razones desconocidas.Probablemente su salud pudo ser la causa, ya que sufrió gonorrea y ciclos maniaco-depresivos. Era un gran aficionado a la gastronomía y hay editado un libro de cocina con recetas como su famoso Tournedó Rossini o canelones Rossini.
Robert Schumann, pianista y compositor, tuvo que dejar de tocar el piano debido a una lesión irreversible en su mano. Fundó una revista musical y se considera uno de los primeros críticos musicales. Debido a una enfermedad mental que padecía desde su adolescencia tuvo que ser ingresado en un sanatorio mental, donde murió.
María Anna Mozart "Nannerl", hermana del compositor W. A. Mozart era como su hermano una niña potencialmente prodigio,sin embargo, no pudo desarrollar sus cualidades por el hecho de ser mujer y fué obligada a contraer matrimonio.
El compositor J. Cage (XX) realizó experimentos en cámaras insonorizadas anenoicas y determinó que el silencio total no existe. Se escuchaba el bombeo de su propia sangre.
En 1946 un periodísta le hizo la siguiente pregunta a J. Strauss de 83 años. "Maestro, ¿qué proyectos tiene para el futuro?" a lo Strauss respondió, "Morirme". Murió 3 años después.
El compositor español, Manuel de Falla tenía fobia a los microbios y desarrolló una tendinitis de tanto lavarse las manos.
Por último, una muy buena. En una cena en honor a Brahms, el anfitrión levantó su copa y propuso un brindis "Por el más grande de los compositores" y Brahms se levantó y dijo " ¡Eso, eso! ¡Por Mozart!"
miércoles, 6 de abril de 2011
El arte de la prudencia
Baltasar Gracián, autor del Barroco español es un filósofo a tener en cuenta en lo referente al arte en general. En su obra "Oraculo manual y el arte de la prudencia" maneja comentarios y aporta consejos que aún hoy en dia podriamos considerar juiciosos y de gran utilidad. Comentaré alguno de ellos de particular interes.
Aconseja no apasionarse. Es la señal del más elevado espíritu y el triunfo de la voluntad. Si la pasión afecta a lo personal, que nunca alcance a lo laboral y menos aún cuanto mayor sea.
Naturaleza y arte, materia y elaboración. No hay belleza sin ayuda, ni perfección que no parezca bárbara sin la participación del arte: socorre lo malo y perfecciona lo bueno.
Propone tratar con quien se pueda aprender.
Habla de moderar la imaginación y ajustarla con el buen sentido.
Ser buen entendedor, saber razonar, la más elevada de las artes. Saber esperar, nunca apresurarse, nunca apasionarse.
Ser hombre ocioso y observador. Es aquel que entiende y valora la esencia de cualquiera con sólo verlo. Todo lo descubre, advierte, alcanza y comprende.
En estos 300 comentarios nos aporta una pizca de serenidad y nos invita a pensar si el arte de la prudencia está con nosotros." Algunos", dice," ya nacen prudentes. Con la edad y la experiencia la razón madura cumplidamente"
.De imprescindible lectura para el lector reflexivo.
Aconseja no apasionarse. Es la señal del más elevado espíritu y el triunfo de la voluntad. Si la pasión afecta a lo personal, que nunca alcance a lo laboral y menos aún cuanto mayor sea.
Naturaleza y arte, materia y elaboración. No hay belleza sin ayuda, ni perfección que no parezca bárbara sin la participación del arte: socorre lo malo y perfecciona lo bueno.
Propone tratar con quien se pueda aprender.
Habla de moderar la imaginación y ajustarla con el buen sentido.
Ser buen entendedor, saber razonar, la más elevada de las artes. Saber esperar, nunca apresurarse, nunca apasionarse.
Ser hombre ocioso y observador. Es aquel que entiende y valora la esencia de cualquiera con sólo verlo. Todo lo descubre, advierte, alcanza y comprende.
En estos 300 comentarios nos aporta una pizca de serenidad y nos invita a pensar si el arte de la prudencia está con nosotros." Algunos", dice," ya nacen prudentes. Con la edad y la experiencia la razón madura cumplidamente"
.De imprescindible lectura para el lector reflexivo.
sábado, 2 de abril de 2011
El ego del artista y el público enloquecido
Nadie mejor que un artista para explicar qué se siente cuando hay un proceso de transmisión de energía desde el alma.Alguna vez he comentado en este blog, la importancia de la relajación para que esa emisión no sea forzada o incómoda para el ejecutante.
Aparte de todo esto, no quiero dejar de insinuar una pequeña opinión particular sobre el ego del artista.
El ego, obstruye el beneficio en la recíproca transmisión que se produce entre el músico y el público.El ego es el espejo de Narciso, la caja de Pandora,el talón de Aquiles de cualquier artista tonto y engreido que relame su propia tonteria adornándose con un arte que ni siquiera es perfecto ni lo será.
De joven, esa presunción suele apegarse en la mente de todos y todas, juzgando al contrario, nunca alabando con sinceridad. El tiempo te ayuda a comprender los errores pasados y a veces, te dona con una cierta generosidad para ayudar y dar tu propia sabiduria por pequeña que sea , un trocito de tu alma indigna. A veces, ni el tiempo lo cura... y observas con tristeza a tu alrededor cómo el artista válido se ancla en su ego como un barco sin puerto, en medio de la nada, rodeado de gaviotas que vitorean su nombre, pero a la deriva... como un barco fantasma.
El famoso violinísta Joshua Bell, gran artísta y excelente persona, fué objeto de un experimento en el metro de Washington en el 2007 para saber si la gente distinguía el sonido de un concertísta de violín de un músico callejero. Tocó una serie de obras de Bach para violín solo en el metro de Washington con su violín de 3 millones de euros, vestido con vaqueros y una camiseta sencilla.
Solo obtuvo una pequeña limosna. Poca gente se detuvo. Solo una persona le reconoció porque le había visto en un concierto y le felicitó.
Con esto, también hay que decir lo contrario. Las prisas, el poco tiempo para detenernos y escuchar, ver, sentir y disfrutar de las pequeñas cosas de la vida son otro verdadero lastre para enviar a cualquiera al fondo del mar con el buque fantasma que antes he comentado. El receptor también es fundamental y por desgracia, cada vez que asisto a algún evento cultural, siento pena por esa gente que no disfruta de lo que hace el artísta, que critica y pone pegas a todo recordándo que nosequién lo hizo mejor, o que qué mal me ha sonado esto o lo otro.
Puedo decir que el tiempo me ha enseñado y realmente soy una persona afortunada y feliz cuando doy y recibo con cariño aquello que preparan los artístas con empeño.Ya nunca establezco comparaciones y valoro por pequeño que sea el quehacer y el esfuerzo. Y cada día que pasa lo disfruto más.
En lo más simple está la esencia del todo.
Aparte de todo esto, no quiero dejar de insinuar una pequeña opinión particular sobre el ego del artista.
El ego, obstruye el beneficio en la recíproca transmisión que se produce entre el músico y el público.El ego es el espejo de Narciso, la caja de Pandora,el talón de Aquiles de cualquier artista tonto y engreido que relame su propia tonteria adornándose con un arte que ni siquiera es perfecto ni lo será.
De joven, esa presunción suele apegarse en la mente de todos y todas, juzgando al contrario, nunca alabando con sinceridad. El tiempo te ayuda a comprender los errores pasados y a veces, te dona con una cierta generosidad para ayudar y dar tu propia sabiduria por pequeña que sea , un trocito de tu alma indigna. A veces, ni el tiempo lo cura... y observas con tristeza a tu alrededor cómo el artista válido se ancla en su ego como un barco sin puerto, en medio de la nada, rodeado de gaviotas que vitorean su nombre, pero a la deriva... como un barco fantasma.
El famoso violinísta Joshua Bell, gran artísta y excelente persona, fué objeto de un experimento en el metro de Washington en el 2007 para saber si la gente distinguía el sonido de un concertísta de violín de un músico callejero. Tocó una serie de obras de Bach para violín solo en el metro de Washington con su violín de 3 millones de euros, vestido con vaqueros y una camiseta sencilla.
Solo obtuvo una pequeña limosna. Poca gente se detuvo. Solo una persona le reconoció porque le había visto en un concierto y le felicitó.
Con esto, también hay que decir lo contrario. Las prisas, el poco tiempo para detenernos y escuchar, ver, sentir y disfrutar de las pequeñas cosas de la vida son otro verdadero lastre para enviar a cualquiera al fondo del mar con el buque fantasma que antes he comentado. El receptor también es fundamental y por desgracia, cada vez que asisto a algún evento cultural, siento pena por esa gente que no disfruta de lo que hace el artísta, que critica y pone pegas a todo recordándo que nosequién lo hizo mejor, o que qué mal me ha sonado esto o lo otro.
Puedo decir que el tiempo me ha enseñado y realmente soy una persona afortunada y feliz cuando doy y recibo con cariño aquello que preparan los artístas con empeño.Ya nunca establezco comparaciones y valoro por pequeño que sea el quehacer y el esfuerzo. Y cada día que pasa lo disfruto más.
En lo más simple está la esencia del todo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)