No siempre funciona, pero cuando sucede es algo realmente maravilloso: ser capaz de actuar con generosidad y calma ante situaciones violentas. La capacidad de comprensión del porqué no es importante en ese momento ni creo que nos ayude a solucionar un conflicto tan efectivamente ,como cuando trascendemos el problema y buscamos la reparación en la inmovilidad.
Es quizás más certero ante una amenaza, un desprecio, una mofa o algo similar ,la inacción. Con este reposo, es posible no dar el relieve ni la trascendencia a las cosas que nos suceden ,que nos hieren profundamente en el momento ,porque pensamos que no hemos hecho nada para merecerlo.
Es mejor ampararnos en una palabra de amor, de cariño, en un gesto de comprensión, reconociendo que también hemos podido equivocarnos sin desearlo y nuestra conducta ha podida ser juzgada desde un prisma diverso al nuestro.
Hay algo , sin embargo, que me cuesta interpretar: si el odio genera odio, ¿porqué el amor no genera siempre amor?