La responsabilidad podría degenerar facilmente en dominación y posesividad, si no fuera por un tercer componente del amor: el respeto.
Respeto no significa temor y sumisa reverencia; denota, de acuerdo con la raíz de la palabra (respicere:mirar), la capacidad de ver a una persona tal cual es, tener conciencia de su individualidad única. Respetar significa preocuparse porque la otra persona crezca y se desarrolle tal como es. De ese modo, el respeto implica la ausencia de explotación. Quiero que la persona amada crezca y se desarrolle por sí misma, en la forma que le es propia , y no para servirme.
El respeto solo existe bajo la base de la libertad. El amor es hijo de la libertad, no de la dominación.
E. Fromm