lunes, 30 de mayo de 2011

El virtuoso cerebro de los músicos




Mi compañera Angus Martinez me pasa un interesante artículo sobre el cerebro de los músicos. A vueltas con el consabido tema de que aquellas personas que han estudiado música tienen una serie de capacidades cerebrales especiales.
En este artículo se detalla que un neurólogo llamado Jesús Puyol, del Instituto de Alta Tecnología de Barcelona, ha demostrado que el cerebro de los músicos funciona distinto que el de una persona sin experiencia musical. El estudio concluye que, cuando se escucha una melodía, en el cerebro del músico se activan más zonas neuronales. En estos, además de activarse el hemisferio izquierdo (relacionado con la capacidad lingüística), que se enciende en todas las personas, también se activa el derecho (es el que se refiere a las emociones, a la música y el canto).
Claro, yo lo leo y pienso, pues normal, se activa todo, ¿no?....se vé que a todo el mundo no se le activan estos chips que a mi me parecen de lo más natural.

Continúa el artículo hablando de los beneficios de escuchar música ya que favorece la imaginación y la capacidad de atención, desarrolla emociones y sentimientos, estimula y, terapeuticamente, trata problemas como la hipertensión, la ansiedad, la depresión y el stress.
La relación de la música y las emociones es un tema que trato en mi blog con frecuencia y que me llama la atención sobremanera ya que lleva estudiándose años y años en diferentes universidades. En Alemania demostraron que las lecciones de música en la infancia hacen el cerebro más grande y que el hemisferio izquierdo de los músicos es más grande. La música incrementa las conexiones neuronales, favorece la concentración, las habilidades matemáticas y el aprendizaje de idiomas.

Sin embargo, existe el músico atormentado por este arte que resuena en su cabeza, aquel que desea dominarlo como quien desea lo inalcanzable. Es un arma de dos filos la música: por un lado te hiere, por otro te acaricia, como una lanza..Y te aferras al bello arte mientras te mata.
Crea, escucha, siente, disfruta, aplaude, comparte. No dejes que te atrapen las redes de lo inalcanzable, los sonidos que no se oyen, la agonía y el llanto por no poder o no saber, la frustración y la mediocridad.Hay un coro en nuestra alma que es permanente, que siempre se escucha y ese es el más bello, el que hay que transmitir aunque esté desafinado, aunque los dedos no funcionen o nuestras lágrimas no nos dejen cantarlo.