martes, 3 de mayo de 2011
El maestro y el alumno
El maestro es maestro cuando comparte su sabiduría y procede mediante su ejemplo a demostrar las teorías o habilidades que posee.
Un maestro es una ínfima parte del mundo del conocimiento y hay tantos maestros como estrellas en el firmamento.
La duda siempre estará presente en su cabeza y en las de todos.
Nadie posee la verdad absoluta en este mundo que conocemos. La verdad absoluta existirá quizás en otro sitio que buscamos para ser desvelada a nuestros oídos. La encontraremos sí o no.
Mientras tanto, buscamos con la ayuda de la realidad que conocemos: los maestros. En ese camino hay muchos tipos de maestros: está el maestro indiscutible, o aquel maestro ciego que ve más allá, algún otro maestro que desprecia la ignorancia, el maestro bondadoso y paciente que escucha, el maestro que se aprovecha del conocimiento de los demás, aquel que sólo escucha su propia voz retumbando embelesado .......¡Cuántos maestros hay en nuestro mundo!..y cada uno tiene su diferente verdad individual. Ideas respetables.
¿Qué maestro o qué alumno podemos llegar a ser? Elige.
Un gran maestro enseña a caminar, pregunta qué queremos aprender e indica el camino más interesante desde su punto de vista para poder realizar nuestros proyectos. Saca lo mejor de cada alumno. Hace que lo difícil parezca fácil.
Un gran alumno sabe qué es lo quiere y porqué ha elegido ese maestro. Intenta captar y se esfuerza en mejorar, respeta a su maestro y a todo lo que rodea a su maestro.Sabe cuándo debe de preguntar.
Un maestro penoso busca su beneficio personal y económico. Pondera su enseñanza como la mejor del mundo despreciando a otras. Enseña selectivamente a quien desea enseñar y lo que desea enseñar. Si puede ,impide la realización de sus propios alumnos poniendo todos los obstáculos que se le ocurren. Enseña a despreciar.
Un mal alumno no sabe qué busca y sólo tiene deseos y ambición. Intenta captar y acaparar la atención de su maestro sin importarle qué aprenderá. Impide que los demás alumnos puedan estar con su maestro y no respeta su intimidad y su vida. Pregunta sin cesar. Su propio beneficio es lo primero. Busca la adoración.
"Un solo día con un buen maestro reporta tanto como mil días de estudio concienzudo"
Proverbio japonés