lunes, 1 de junio de 2020

De la esperanza a la desesperación.













Extraviado adiós.

Recuerdo tu voz fracturada trazando los puntos y comas entrecortados mientras rubricabas una firma convulsa. Ocultaste la ceremonia de la despedida dejando la puerta de la ilusión abierta a los inocentes. Así partiste, con la discreción de una cadencia abierta, dejándonos mudos mientras esperábamos el acorde final que nunca llegó. En el fondo del cofre, tu poesía de amor, tu promesa...mi esperanza de volverte a ver.
 01/06/2020


Canto a la desesperación

Siempre era igual en el reparto: para ti, el príncipe alto y guapo y para mi, el sapo enano de ojos saltones. Te sujeté más velas de las debidas cantando montajes de milongas en tu nombre con engaños en el mío. La paciencia no tuvo tiempo para creerme cuando le insinué que eras una moneda falsa brillante de ojos verdes y oro en el cabello. Aceptaba la versión que presumía de mi frágil intelecto, pobre diabla huésped de tu caridad en segundo plano.
Aquel escuerzo se enamoró de mis ojos tristes nocturnos mientras tú jugueteabas con Romeo... pero se te antojó comerte un anuro de postre fin de fiesta y así, su estampa de cromo de vuelta y vuelta se deshizo entre tus largos dedos de pianista.

Cuando jugaste con sus almas se te acabó la risa y surgió el infierno que llevas dentro. Ese día me separé con enojo de tu camino tomando otro rumbo en mis coordenadas. No he vuelto a saber nada de ranas ni de encantamientos. Quizás aún mi mirada taciturna tiene un ritmo funesto cuando recuerda los desesperados gritos de dolor de tus desdichados amantes de verano. 02/06/2020