Sobre el poder de los críticos y los que critican se habla en ocasiones con un sabor agrio en el paladar. La crítica de por sí puede ser de muchos tipos: constructiva, didáctica, destructiva y con mala baba.
El crítico es un ser que depende del arte y de la creación ya que sin ellas no existiría.
Aquel artista que depende de la crítica para lograr sus triunfos y su aceptación en salas de conciertos comprende muy bien el poder de la palabra y cuan difícil es a veces, aguantar el tirón de la opinión de los demás.
Así sufre y aguanta lo inaguantable y si no tiene la suficiente fortaleza y confianza en sí mismo se desmorona hasta plantearse incluso dejar sus actuaciones públicas.
La estupidez o la ignorancia, incluso la maldad de un crítico musical puede obligar a no superar las dificultades de la empresa artística llevando al ejecutante a un padecimiento insufrible.
Pero si el artista no aguanta sucede que ni mejora, ni logra afirmar sus auténticos valores ante los demás. De ese modo el crítico triunfa con sus afirmaciones y el artista que no ha luchado, no puede avanzar.