viernes, 3 de enero de 2020
Rumores
Casi se han silenciado los petardos, pero aún hay rumores de las gotas de invierno de champán, celebraciones en familia y comilonas sin operación bikini. Y pienso yo ahora en lo que viene. Se ha ido repentinamente el sol frío de la tarde ocultado entre montañas imperturbables. Cierro los ojos con tristeza, comprendiendo la rueda de la vida que gira y que repite la historia del retorno engañándonos con las palabras "The End" al final de lo que nunca termina.
No hay esperanza para las grandes hazañas. La única salida parece ser la contemplación en la rutina del crujiente dolor que se acostumbra al color marrón atezado del cercado del redil. Y una vez hechos los propósitos del 2020 y sus promesas , ese brindis por el año nuevo que nos engaña otra vez, con esperanzas que nunca sucederán.
Más de lo mismo. ¡Qué afortunados son los que tienen ilusiones! Debería de existir una enfermedad que inoculara ese virus...Disculpen mi pesimismo.
Encajo cada momento como viene, con el coraje decidido a escuchar las noticias de la radio que hablan de incendios en Australia, bombas en Siria y Afganistán, violaciones en Nochevieja, infiernos de mafias, suicidios, ancianos abandonados, familias enfrentadas y plásticos por los océanos.
El hábito de lo ordinario no me anima, la verdad. Y esa letra con ritmo de reguetón termina con mi paciencia por hoy. La risa tonta-floja de los opios del pueblo inoculados por televisión también. Todo es divertido...y por si acaso, siempre nos quedará el fútbol.
Aquí tienen su realidad, señores. Y los niños al psicólogo del TDH mientras apuramos un txupito de orujo de hierbas en el bar de la esquina con los amigos, conocidos por un día.
Parece que llueve...y yo, con la ropa sin planchar.