martes, 8 de octubre de 2019

Reflejos del Arte







Me desperezo sin miedo entre mis sábanas con olor a azahar. Hoy, los reflejos neodímicos de la mañana son más dañinos que nunca para mis ojos. Es posible que el color naranja de tus amaneceres, se produzca por la tensión acumulada en este par de imanes de calamita pura que se repelen y se conectan de vez en cuando. El magnetismo opuesto que daña las células de mis pobres pupilas, que buscan ahora en tus montañas una zona de descanso, una zona neutral.

Hoy toca entretenerse con un juego de mesa, mientras desayuno pan tostado con mermelada de kumquat y mantequilla. Mi único café para todo el día despierta mi intelecto. Sobre la mesa, juego al dominó con mi piedra imán y aparece el violín que me tocó en suerte al levantar la ficha jugada. Así, con ventaja, sé que ganaré con la secuencia. Sólo el que conoce la habilidad del juego sabe, que la piedra que arrebaté destellaba reflejos del Arte: era música pura, escondida por Euterpe entre tus petroglifos.

Amaneceres tornasolados llenos de nostalgia de ti y para acompañarlos una suave música celta embruja lo que te dejaste sin hechizar la última vez que te vi. A la tarde, lloverá.