Hoy está tu marea más viva que nunca adornada por diamantes de Perseidas en el cielo y es casi plenilunio, con Venus rondando tu luna. Cualquier cosa mágica puede pasar solo contemplando tus aguas de ensueño poderoso, protagonistas de mis relatos de agosto.
Nadie debería poder impedir tus ondulantes insinuaciones, pero por desgracia, el ser humano es capaz de destruir tu belleza y la de toda la Atlántida siempre ávido de poder y egoísmo hasta el final.
Morirán tus sirenas entre vidrios no reciclados y garrafones de petróleo. No volverán las blancas gaviotas a pescar más que porquerías y tus barcos regresarán repletos de plástico y basura.
Y el evocador, poeta mar de mis sueños, morirá de artrosis de tanta marea sucia o envenenado por los Borgia mientras devuelve pateras a sus países de origen.
Me resisto a creer que esos amaneceres y atardeceres donde invento mis historias desaparecerán con un tsunami apocalíptico provocado por el descuido humano.
Me quedo absorta, vislumbrando la llegada de un pre- otoño anunciada por la luna nueva de agosto. Pero aún es pronto. Disfrutemos de tu embrujo y sigamos escuchando las historias estivales de todos aquellos que las cuenten, porque el mar es millonario en leyendas tristes, alegres y hermosas.
Y en mi epílogo de estos sencillos relatos llenos de amor, me gustaría añadir un texto de recuerdo escrito por mi en el año 2013, titulado "Duda" relacionado con la lucha sobre la violencia de género.Acosadores, mirones como el Sr.Bates, psicópatas...Un recuerdo de un problema que persiste.
DUDA (ISABEL BRAVO 2013)
Eres como la mar. Cuando me adentro para acercarme a tus olas, me esquivas y te apartas. Mas, cuando ya triste me retiro, te revuelves entre mis piernas para decirme, te quiero.
Así, como el perro del hortelano, me tienes vagando entre tus aguas, minando mi fuego para transformarlo en roca y tu amor, tan imposible, de tan arriesgado, se hace creíble.
Escarbo con mis uñas entre tus arenas para buscar las raíces de tu sabiduría y me entregas conchas vacías, dolor entre mis dedos, fatiga en mi espalda...de recompensa por mi paciencia, un ápice de vida .
Restituyo aquello que me dejaste ver, como si fuera un libro secreto, unas palabras que sólo puedo ver un segundo para dirigir mi vida por siempre jamás.
Invento estas extrañas frases para expresar mi compasión, mi afecto, toda la sensibilidad que transporto cuando te sonrío.Y como una gota más que soy en tu océano, quiero perder ese miedo a llamarte, a dirigirme a ti con mi inocencia de siempre y que me mires de frente eternamente.
Mientras escribo, siento las olas, jugando entre mis dedos, como tu, como deshojando una margarita con picardía, astuta travesura la tuya, meciéndome siempre en la hamaca de mi propia incertidumbre.