domingo, 20 de enero de 2019

La poesía del amor: Gonzalo Otamendi





Realizando un magistral  passing shot apareciste en mi vida. Un tiro paralelo y cruzado que dejó caer tu libro sobre mi mesilla de noche, pasando por encima, con precisión, sobre  otros dos preparados para mi lectura.
Pero antes, te vi, me viste. Y yo tan pequeñita, nerviosa ante un Titán del Arte de la poesía del amor como tu.Y te hizo gracia, como cuando King Kong atrapa entre sus manos a Dwan y la observa. Después, te acercaste con tu experta palabra y auscultaste sin piedad mis ojos para diagnosticar su grado de tristeza y casi hiciste que me derrumbara. Lo demás, queda entre nosotros. Y al final, se prolonga el tiempo, minutos, segundos para confirmar proyectos, ideas e intenciones. Y te sigo viendo. Ya formas parte de la historia de mi vida.

Volviendo al pase por arriba tan preciso, de tu libro "63 poemas...a ciegas", cito textualmente estas cosas que dices:

" Me apasiona repasarte una y mil veces,
enrojecer mis ojos releyendo cada línea de tu piel,
tener el derecho de tu propiedad,
la dedicatoria de tus besos sin preámbulos ni epílogos,
y usar mi lengua de marcapáginas entre tus lomos morenos."
(Fragmento de Incunable. 2016)

A mi me apasiona leerte una y mil veces,
aunque los ojos se me cierren por el sueño,
sabiendo que el único derecho que tengo es ese,
imaginando los besos de la noche fría en mi soledad,
tragando saliva cuando mi pecho se estremece con tus palabras.

Eres un artista  Sr. Otamendi, chapeau. Sabes llegar a la fibra sensible que agita nuestro interior, conoces la técnica para alterar lo frío y no solo volverlo tibio, sino provocar escalofríos para abrasar nuestras almas.
Ya se que te seguirá haciendo mucha gracia todo esto que te escribo, pero es la verdad. No se mentir, lo hago muy mal. Y por otro lado, me hace feliz verte contento. Solo espero que sigas con tus proyectos, amigo, que luches cada día por lo que quieres y ojalá lo consigas.Aquí estoy yo y más gente que te queremos para que suceda.

Yo si que tengo un tonto deseo, pero sin prisa. Le plus que lente. Oír tu preciosa voz de barítono ,recitando de nuevo un poema, aunque solo sea para mi, un momento, por capricho, otro entrenamiento para otro golpe maestro público. Pero que no sea, sintiendo  tu boca cerca, vibrando el aire en mis oídos tales palabras,no, por favor, sino mirándome a los ojos burlón para que veas mi rubor y quizás, puedas reírte con ganas de mi austero espíritu de circunstancias, verme bajar la mirada con sorpresa, además  de un tímido sonrojo o un placer oculto inesperado y así ser feliz por un rato como si fuera un chiste.