Pintar cuadros sonoros fué el empeño de los compositores influidos por el impresionísmo pictórico.
Iniciado por Monet en Francia con el cuadro "Impresión sol naciente", se transformó en la fuente de inspiración para ver la realidad-irreal del Romanticísmo desde otro prisma: el triunfo del color musical.
Las sensaciones por medio del uso de todos los sentidos nos llevan a la reflexión de que nada es para ti lo que es para mi. Tu percepción y la mía de las cosas, de las emociones y de las situaciones son diversas. Mi suposición de lo auténtico no está observado desde el mísmo punto de vista y desde mi prisma la vida tiene otro sentido.
El momento de luz varía. No será el mismo dentro de cinco minutos.La espontaneidad, la libertad son claves para comprender este arte. La intuición, dejarse llevar por el sonido, hasta alcanzar el climax que supone sentir los tonos y las gamas de la música.
Así, con el frescor del dibujo difuminado, percibimos que lo aparente puede ser falso, que la culpa no existe, que el dolor sabe y puede desaparecer.Nada importa, salvo el momento.