lunes, 7 de mayo de 2012

Pasión artística





Los artistas o aquellos que se consideran artistas tienen, a mi entender una responsabilidad con la humanidad: aceptamos la responsabilidad natural que conlleva la expansión de nuestro conocimiento, bien sea mediante la enseñanza, la práctica, la exhibición o cualquier tipo de muestra, por muy humilde que sea nuestra aportación.

El artista, apasionado por naturaleza, muestra la cualidad natural del ser humano: está dentro de nosotros mismos para empujarnos a la expresión más íntima y cálida.
Esa pasión, sin embargo, puede ser  pasajera....como el amor carnal desorientado o como un deseo momentáneo. Cediendo al acicate que dicta la carne, saciamos el hambre , bebemos por sed y así aplacamos nuestros instintos primarios. Y así se acaba el primer plato, el segundo y el postre... o no. Saciados como quedamos por ese deseo espontáneo puede  impulsarnos a veces, a la reflexión de nuestros actos. Sabemos que el amor espiritual es más sutil y mucho más elevado. Así, de esta manera, nuestras pasiones deberían ser controladas: cuidadas y cultivadas en profundidad para que se transformen en Arte.

Para alcanzar el Amor sublime hay que comprender el mundo, mirar una flor y ver mucho más detrás de ella, saborear una comida y paladear intensamente cada bocado, tocar el violín y que cada nota tenga un significado, cantar una canción como si nunca la hubiéramos comprendido y nunca hubiera sido tan bella como ese día.Apreciar lo que hay en el fondo de nuestro corazón y aceptarlo sin miedo a descubrirlo para que todos gocen del bien hecho. Ese es el legado del artista: mostrar su alma al mundo para ofrecer la esencia de su belleza.