Con tu disco ,"Playing Opera" editado en el año 2016, entre mis manos, tuve un arrebato de jugar a la ruleta rusa con él. Al fin y al cabo, el orden de factores no altera el producto. Sin embargo, decidí portarme bien y ser ordenada respetando la lista propuesta: " La Traviata, Rigoletto, Norma, Don Carlos, La Cenerentola, La forza del destino, Aida y Carmen".Vicente Olmos a la trompeta, con Itziar Barredo al piano; el juego de las palabras y de los fuertes sentimientos de estas complicadas obras se traducen en notas musicales. Un reto.
Parece que te siento temblar de emoción al interpretar "Addio del passato" de la Traviata o "Pace mio dio" de La forza...Y yo se cómo tocas.
Pasión, tus ojos hablan de eso y de más. Esa picardía cuando me sonríes es el único descuido de la travesura en tus pensamientos. Con eso juegan tus labios sobre la embocadura, fundiéndose en un beso apasionado con La dama de las Camelias y con Carmen y el ardor en tu potencia sonora abrasando al auditorio hasta rendirse de amor.
Así, Vicente Olmos conquistas los corazones con todos los elementos, directo al grano, nunca te desvías del camino que consideras certero. La música no es tu único credo. Crees en la vida, en lo bello, te emocionas con las palabras, la amistad...un buen vino y una paella. Por eso, cuando interpretas las melodías sabes de contención, de esfuerzo, de valentía...y de sensualidad.
Adoras lo que consideras justo, desprecias el mal hacer y nunca te andas por las ramas. Aunque tengas mus, lanzas un órdago con dos ases y sin reyes. Nos comunicamos por telepatía como en Sense8, por ondas sonoras que se encuentran y se ríen a la vez con el mismo chiste o la misma intención,... aunque no lo contemos en voz alta.
Cierro mis ojos inspirando el perfume de Norma cuando tu la invocas, pero sé que escuchando "Napoli" con tu trompeta asocio más a mi querido amigo Vicente, cachondo virtuoso hasta la muerte.
Siempre es un placer escucharte, no sólo en este disco sino también en la Orquesta Sinfónica de Bilbao donde realizas un gran trabajo.
No sé qué ironía soltarás al leer estas breves líneas de admiración. Dedicadas desde el cariño que te tengo, espero que ganes muchos premios más, porque te los mereces. Sigue como eres luchador y perseverante. Para mi es un honor conocerte desde tu sencillez porque en el mundo de la música soberbios nos sobran,¿ verdad?
En breve me lo contarás...como en la interpretación, alargando el momento para concluir con la nota deseada.