En 1940 Francis Poulenc compuso "Les chemins del amour" un precioso lieder con letra de Jean Anouilh (1910-1987), escritor de ascendencia vasco francesa, nacido cerca de Bordeaux.
La canción fue dedicada a una cantante llamada Ivonne Printemps, actriz e interprete de operetas. Sorprende Francis Poulenc, conocido por su atonalismo en esta canción romántica y lánguida donde se interpreta un significado del amor doliente y dramático que evoca los tiempos pasados.
"... Radiante alegría desvanecida
voy sin encontrar rastro en mi corazón
los caminos de mi amor, los voy buscando todavía
caminos perdidos, ya no existís
Y vuestros ecos son sordos.
Caminos de desesperanza
caminos de recuerdo, caminos del primer día
Divinos caminos de amor..."
Es curioso el tenaz fustigamiento que recibe el Amor a lo largo de la Historia del Arte. Interesante tratamiento de una pasión que atrapa y que en vez de satisfacción y placer produce dolor y pena. Cocaína en vena parece el amor, que daña y se apodera de nuestro débil espíritu.
Es por eso,quizás, que la alegría del Amor se me manifiesta más interesante y atractiva. Y la evocación del pasado ni me atrae ni me sirve.
Los caminos del amor no deberían de ser amargos y los recuerdos pasados tampoco,aunque hayan sido dolorosos.
En todas nuestras crónicas pretéritas hay un regalo oculto. Desenvolver ese obsequio de la verdad de la vida nos hace apreciar que el daño sufrido puede conducirnos al verdadero sendero del Amor.
Cada segundo del presente, del hoy y el ahora armonizado en modo mayor devuelve la sonrisa y la esperanza de que el verdadero Amor existe.
"....Radiante alegria que se asoma
voy encontrando su rastro en mi corazón
los caminos del amor, se muestran ante mis ojos
caminos hallados, que siempre existís
Y vuestros ecos son sonoros
Caminos de esperanza
caminos del presente, caminos desde el primer día
Divinos caminos de amor..."