domingo, 16 de febrero de 2014

Pepito Grillo





                                                       Pepito Grillo "Violinista"


Recuerdo que mi difunto suegro, que en paz descanse tenía dos dichos que nos repetía continuamente. Uno era: "Yo creo en Dios, pero no en los intermediarios" y otro muy jocoso, "La misa y el pimiento, poco alimento".

De este hombre tan sencillo nos quedó una enseñanza diáfana: los enviados del Altísimo, sólo son hombres y lo que ellos nos prediquen, no nos va a sostener en pie ni a equilibrar. "Lo importante", nos decía" es ser honrado y buena persona". En su opinión, la cual comparto, el único soporte real para seguir cualquier camino correcto espiritual es dar los pasos justos con coherencia, con acierto y exactitud.

Nos llevamos las manos a la cabeza cuando en las noticias oímos casos de profesores o sacerdotes relacionados con sucesos de pederastia o prostitución. Parece que veo a mi suegro soltándome esas dos famosas frases, comunicándome que si nos sentimos defraudados con la conducta humana, quizás es que obsequiamos a los seres imperfectos  poderes que no poseen.  
Así, el único consejo y guía válido para hacer el bien debe de ser el que nos indique nuestra alma. Sólo si escuchamos atentamente a ese Pepito Grillo que llevamos en nuestro interior sabremos cómo conseguir el progreso oportuno.

Ahora llegan los Carnavales, fiesta pagana, donde Dios no existe y se olvida y luego la Semana Santa.
Y Dios, ahí está, viendo a los hombres que se creen dioses, haciendo ritos, ceremonias y misas y a otros, insultando su nombre, riéndose de lo que no ven y despreciando el bien por norma.

Dale un silbidito.