domingo, 12 de enero de 2014

El Arte de difamar



Hoy comentábamos, cuán sencillo es manipular a las personas, influir en las decisiones de los otros, estar en el momento "ad oc" ,para alzar los hilos que manejan a esos títeres llamados seres humanos y desproveerles de toda capacidad de decisión y de elección.

Con la actual tecnología y los medios de comunicación, cualquier farsante procede a ejecutar una vil lectura de la vida de quien sea, difamando y parloteando, cual cuenta cuentos de feria,la verdad que sea de su antojo y diversión. Porque, señores,es un juego sádico el difamar, mentir, inventar y hacer creer a los demás la historia que sea, bien sea para beneficio propio, bien sea por el simple placer de ver qué sucede.

El que adultera la verdad usa sus sucios trucos cual mago despiadado y trocea a sus victimas en público con el consiguiente aplauso de un auditorio plagado de borregos que ni leen la letra pequeña, ni quieren saber cual es la verdad y la mentira.

Destapar la caja de la sorpresa y descubrir el pastel en público es una manera de acabar con esa gentuza tóxica.
¿Cómo se reconoce a un maestro de la calumnia? Aquí algunas pistas sacadas de un manual de psicología.

1. Lo niega todo.

2. Se hace el tonto, el olvidadizo.

3. Justifica sus acciones.

4. Desvía el tema.

5.Miente de modo sutil y encubierto.

6.Amenaza de forma sibilina y causa culpa y vergüenza.

7. Usa el sarcasmo para avergonzar a su enemigo.

8.Desempeña a la perfección el papel de victima.

9.Oculta su propia ambición, su deseo de poder profesando el servilismo.

10. Son expertos en adular, embaucar,son difíciles de detectar,