jueves, 5 de septiembre de 2013

La flor escondida












Este verano mi pequeño jardín se ha llenado del color de las flores. Han brotado en tonos, formas y tamaños diferentes. Su belleza o rareza me han complacido y en la mera observación de su crecimiento y evolución he pasado momentos estupendos.

Una maceta que aparentemente, estaba mustia y pensaba que ya no se iba a recuperar ha revivido. Flores blancas y amarillas, frutos verdes, como cerezas apetecibles han vuelto a aflorar en la semi-oscuridad, casi escondida. Perturbadora belleza.
Este arbusto tan fascinante es, sin embargo,  muy tóxico. Su veneno se encuentra sobretodo en sus deseables frutos pudiendo causar delirios o alucinaciones, entre otros síntomas.

Dura, perseverante.Esta planta retirada, ha sabido por si sola superar su enfermedad. De vez en cuando,mi mirada, un poco de agua, mis débiles ojos vigilantes que la querían, deseando su restablecimiento.

Todo ello, me hace pensar en su hermosura, su atractivo engañoso. Me hace pensar en su fuerza, su resistencia a los golpes, a los azotes del viento...tan obstinada.

Y yo que la conozco, la aparto, para que nadie la acaricie, la aíslo del mundo, que no pueda causar daño, y que todos sepan que esta flor escondida no es dulce, sino venenosa.