El miedo es una emoción que todos hemos sentido en ocasiones.Ese sobresalto sufrido al recibir una noticia de quedarse sin un trabajo, esa soledad del que se pierde en el monte, ese terror al permanecer boca abajo en una atracción atascada de feria....y así mil y un ejemplos.
Había un cuento titulado "Juan sin miedo" de los Hermanos Grimm que siempre me gustó leer.
Trataba de un muchacho que no sabía lo que era el miedo y que se marchó en busca de aventuras para conocerlo.
Ni la bruja, ni el ogro,ni los fantasmas del castillo lograron que se acobardara....tan solo el agua fría derramada sobre él por su esposa mientras dormía, consiguió asustarlo y provocar una sensación de miedo.
Es posible que el temor forme parte de nuestra imaginación, pero ahí está siempre, dando vueltas a nuestro alrededor como en este relato para niños.
Y es cierto que de lo más sencillo es posible asustarse y que no es necesario que nos enfrentemos a un cíclope o a esos monstruos escondidos en nuestro interior: con un poco de agua, basta.
Aquel artista que gana siempre y no pierde ningún combate tiende a mostrarse orgulloso y altivo. Con esa confianza artificial que da el saberse el más fuerte y el mejor se aleja de lo más inocente y se adentra en el peligroso mundo de la fama y de la adulación: olvida a sus verdaderos amigos, lo discreto y lo elemental, como puede ser decir, un simple gracias. Cree que el miedo no existe.
Como en el cuento,un día, el agua fría puede caer sobre nosotros y hacernos despertar. Si tenemos suerte veremos la realidad. Entonces sentiremos escalofríos, tendremos temor a sensaciones desconocidas: ese día estaremos vacíos.
