Acaba un periodo y el cuerpo se derrumba por el cansancio. La lluvia, insaciable, parece no cesar nunca.
El 23 de Junio, noche de San Juan, luna llena....y aún no sabemos si con tanta agua prenderán las hogueras.
Aún así, quemaremos otra etapa más, con fuego o sin el.
Invita este momento a una pausa para ver qué hemos hecho con nuestra vida.
Está sembrado el campo, parte de la cosecha se recogerá. Mucho y poco.
Es la reflexión necesaria: envolvernos en nuestra soledad, porque nuestro camino es un retiro acompañado por muchas almas que en un momento dado, se separarán para vivir su epílogo.
Este encierro en mis pensamientos me recuerda cuán imperfecta soy, de qué material estoy hecha....y es un alivio comprender que los buenos propósitos, el ánimo positivo y la búsqueda de la enseñanza provechosa se mantiene.
Asisto con pena al abandono de la bondad, escuchamos con amargura noticias de violentos enfrentamientos, discrepancias, maltratos a los seres humanos, a los animales y a la Madre Naturaleza. Atentados a la vida.
Termino mi meditación con una sonrisa y aspiro, con anhelo, la fragancia de nuevos proyectos, bocetos y diseños. Mi empeño, con el vuestro.