lunes, 22 de julio de 2013

Duda










Eres como la mar. Cuando me adentro para acercarme a tus olas, me esquivas y te apartas. Mas, cuando ya triste me retiro, te revuelves entre mis piernas para decirme, te quiero.
Así, como el perro del hortelano, me tienes vagando entre tus aguas, minando mi fuego para transformarlo en roca y tu amor, tan imposible, de tan arriesgado, se hace creíble.

Escarbo con mis uñas entre tus arenas para buscar las raíces de tu sabiduría y me entregas conchas vacías, dolor entre mis dedos, fatiga en mi espalda...de recompensa por mi paciencia, un ápice de vida .
Restituyo aquello que me dejaste ver, como si fuera un libro secreto, unas palabras que sólo puedo ver un segundo para dirigir mi vida por siempre jamás.

Invento estas extrañas frases para expresar mi compasión, mi afecto, toda la sensibilidad que transporto cuando te sonrío.Y como una gota más que soy en tu océano, quiero perder ese miedo a llamarte, a dirigirme a ti con mi inocencia de siempre y que me mires de frente eternamente.
Mientras escribo, siento las olas, jugando entre mis dedos, como tu, como deshojando una margarita con picardía, astuta travesura la tuya,  meciéndome siempre en la hamaca de mi propia incertidumbre.