Parece que diciembre se me ha quedado sin palabras,... pero no es así. Nunca había rebosado tanto el vaso. Saldrán de golpe a la luz en este 2022 en medio de la diversidad de colores.
Tonalidades que se asoman entre miedos del Covid con la música, la danza y también la ópera, un arte escénico tratado como elitista y minoritario, aunque los teatros se sigan llenando sorprendentemente, con todo tipo de público. Hace muchísimos años que no he estado en la ópera como espectadora, la mayoría de las veces me ha tocado estar en el foso. Creo recordar que la última vez que fui a ver una fue "Tosca" de G. Puccini y guardo un recuerdo muy agradable. La escenificación adecuada a la época, la actriz y cantante bellísima, el personaje de Cavaradossi imponente.
Hay una tendencia muy marcada a innovar y actualizar este género. En algunos foros clásicos ya proponen ese debate y piden opinión sobre la moda de variar las épocas, los vestuarios e incluso el guion de las obras clásicas como "La Traviata", " La Boheme" u otras óperas de este estilo. Con todo este panorama me pregunto cómo serán las futuras versiones en la escenificación de las óperas con lo que tenemos encima. Ahora, ¿ tendrán que añadir una mascarilla de Fpp2 y en la escena del beso hacerla con distancia de metro y medio?
No se si esa falta de prudencia para respetar los guiones teatrales se llegará a extender con la música también y quizás, algún avezado se anime a cambiar las melodías clásicas y fastidie a los puristas o a los amantes del respeto por lo auténtico.
Veremos qué sucede con "El barbero de Sevilla"...si termina poniendo una sucursal en Rusia para Putin o "D. Giovanni" acaba preso en la cárcel por violencia de género finalmente. Imaginaros si la "Carmen" de Bizet, gitana de ascendencia vasca ,en vez de una Habanera nos baila un Aurresku...Ideas que no nos falten. Ahí queda la cosa.
Isabel Bravo©