lunes, 27 de julio de 2020

Olas y adioses


Entre tus olas, apenas las 9 de la mañana con humos de brumas entre los montes. Silencios morados mientras me desnudabas con el rasero de medir de tus ojos de tinta hueca. Se hundían mis pies en la depresión de la incógnita de la mañana sobre aquella arena mojada, libre. Así como digo, ardía feliz mi cuerpo por la pasión de saberte cerca o lejos...aunque el termómetro digital tan sólo había marcado 35,77 grados Celsius. 

Era ese mi amor, de un verde alucinado rodeado de un paisaje casi amazónico a camino entre la soledad de tu orilla y mis recuerdos de otros días. Un saltamontes buscaba la energía del sol; era fósforo en tu áspero suelo, como si fuera una hierba erótica confundida por las feromonas con glaucos reflejos. Respiré el fresco abrazo de tus tempranos rayos de sol. Aquel largo paseo con tus besos salados me devolvió la vida.

Desde la carretera, un pelotón de “Harley Davidson” rompió la belleza del silencio de tus olas. Ya iba siendo hora de abandonar tus conchas y piedras en el soslayo de tus labios de espuma. En aquel retorno a mi escondite encontré un cangrejo muy preocupado , un transeúnte sesgado que parecía querer avisarme de la inminente llegada de cíclopes domingueros, loros parlantes, voceadores rock star con guitarra incluida. Parecían ignorantes animales en peligro de extinción que provocaron que mis pies se hundieran aún más en la arena por mi pavor al griterío.

Eran ya pasadas las 11. Unos niños se pseudoalimentaban con productos envasados en paquetes de plástico poco ecológicos con nombres yanquis. Agazapada en mi tumbona oía a una mujer vociferando a un hombre tumbado boca abajo., increpándole su falta de atención, insistiendo con una vehemencia temprana inusual su falta de percepción:

“ No sabes escuchar,no prestas atención”, le decía...Ella rozaba al menos los 120 decibelios. El, estatua de sal sobre una toalla: ni contestaba.

Nadie parecía estar preocupado por ningún virus de 2019...Una embarazada convulsionaba con tos perruna, la familia al completo, incluido el abuelo sentado bien cerquita. A lo lejos, una avalancha de estornudos con "doministiku" despidieron mis reflexiones entre el adiós a tus aguas. El mundo no se acaba aún.




28/07/2020