martes, 3 de diciembre de 2019

Plegaria









Quiero... que me descubras poco a poco, como quien destapa pausadamente una tela sobre un lienzo cubista de Pablo  Picasso y que analices lo que crees que ves, despedazando hasta el último fragmento de mi cuarteado óleo por el tiempo, desde el perfume de bergamota de mis cutículas hasta lo que nunca te cuento.

Quiero... que descifres mis pensamientos, que averigües lo que ni yo misma comprendo de mi; esas reservas en mis expresiones sosegadas, las frases sin punto final y la intimidad de mis ojos ruborizados, que no saben a donde mirar cuando están cerca de ti. Te pido, de esta manera,  grafología pura y dura de mi último acento esdrújulo, de aquel matiz en mis suspiros.

Quiero... que me descubras, me pesques como a una sirena en celo y que luego formules con seguridad: " Elemental mi querida Watson", mientras posas tu pipa, al lado del whisky seco sobre la mesa de caoba, arqueando tus cejas con expresión infalible, solicitándome que interprete para ti al violín el preludio de la partita nº3 de J.S.Bach. 3 minutos 33 segundos de mis circunstancias en tus manos. Mi vida entera también, si tu la quieres...

Quiero... que te equivoques, como casi nunca te sucede, y que no puedas descodificar jamás la clave que rompe mi coraza, escrita con contraseña  mutable, como el informe del meteosat.
Y si, lo que yo más  quiero...es que te desesperes de amor por mi, que escarbes en los rincones depositados de mis misterios recónditos y que te derritas de ternura y pasión fusionado en mi desorientada alma.

Y esto es una plegaria estéril, enterrada en Baker Street hace ya más de una década...