viernes, 22 de junio de 2012

¡Que nadie duerma!



Turandot, la Pura, será la esposa de aquel que, siendo de sangre real, resuelva los tres enigmas que ella le propondrá. Pero el que afronte la prueba y resulte vencido ofrecerá al hacha su cabeza soberbia.
El desconocido príncipe, sometido a la dificil prueba logra superarla.
 Los tres misteriosos enigmas de Turandot son resueltos y queda a merced del desconocido vencedor. El emperador de China la obliga a ser la esposa del hombre que adivinó sus enigmas, pero el desconocido principe, viendo temblar de miedo a la princesa le propone un enigma: Mi nombre no sabes, dime mi nombre...dime mi nombre y al alba moriré.


¡Que nadie duerma!

¡Que nadie duerma! ¡Que nadie duerma!
¡También tú, oh Princesa,
en tu fría habitación
miras las estrellas
que tiemblan de amor y de esperanza...!
¡Mas mi misterio está encerrado en mí!,
¡Mi nombre nadie lo sabrá! No, no.
Sobre tu boca lo diré
Sólo cuando la luz brille
Cuando la luz brille
 ¡No, no, sobre tu boca lo diré!
¡Y mi beso fulminará el silencio
que te hace mía!

Su nombre nadie sabrá...
¡Y nosotras, ay, deberemos, morir, morir!

¡Disípate, oh noche! ¡Ocúltense, estrellas! ¡Ocúltense, estrellas!
¡Al alba venceré!
¡venceré! ¡venceré!