Con un libreto de Francesco Maria Piave, basado en la obra "D. Alvaro o la fuerza del sino", del cordobés Angel Saavedra, llamado "El Duque de Rivas", G. Verdi nos regaló una ópera especial en 1835 :"La forza del destino" o "La fuerza del destino" en castellano.
Leonora busca la paz después de trágicos sucesos en un eremitorio cerca del Monasterio de Hornachuelos. Se esconde con una identidad secreta bajo el nombre de Padre Rafael.
Con el aria "Pace mio Dio" Leonora invoca a la muerte para que le dé la paz que necesita.
El 4 de marzo de 1960 se representó la obra en el Metropolitan Opera House y desde entonces una maldición la persigue. El barítono Leonard Warren murió en extrañas circunstancias en el escenario mientras cantaba "Morir, tremenda cosa", debido a una hemorragia cerebral.
La "maldición" de esta obra es famosa desde entonces y ha conllevado a los cantantes a hacer cosas extrañas para defenderse de la mala suerte. Esta leyenda de ópera maldita se extendió y se le atribuyen numerosas anécdotas como enfermedades de cantantes, cancelaciones de representaciones, apagones súbitos en el teatro, entre otras historias.