Muy querida amiga:
Decía el filósofo alemán Arthur Shopenhauer que "La envidia en los hombres muestra cuan desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren."
Con esto, creo que se resumen muchas de las situaciones por las que pasamos todos los días infinidad de personas que vamos a realizar nuestros quehaceres diarios lo mejor que sabemos, sin ánimo de entorpecer a nadie , sobrellevando también nuestras cargas personales con toda la dignidad y discreción que podemos.
Un gran violinista bilbaíno me comentó una vez que el músico Franz Liszt decía que la música es el corazón de la vida y que por ella habla el amor, que sin ella no hay bien posible y que con ella todo es hermoso.También me decía que esa frase era muy difícil de comprender en aquel momento de su vida, ya que la música era el instrumento utilizado por un nido de víboras para atacar, manipular y aniquilar a aquellos artistas indefensos que sólo deseaban realizar su trabajo con cierta dignidad, aquellos que sólo deseaban vivir de la música sin ninguna otra pretensión.
Esta historia maquiavélica se repite año tras año, siglo tras siglo, donde las traiciones de aquellos que considerabamos nuestros amigos suceden continuamente. Y duele. Duele mucho. Ellos o ellas saben que duele y por eso se infringe el dolor sádico, para su propio disfrute.
Otra gran artista y persona me dijo un día "que nadie nos vea llorar", Ser fuerte. Si que es posible ser tan duro que nada nos perturbe,;pero la gran decepción que supone el reconocer que aquel que decía ser mi amigo era un farsante es una de las situaciones más duras por las que debemos pasar. Pero no llores....no merecen ni una lágrima tuya, puesto que no te quieren.
Y así pues,como decía Shopenhauer solapadamente, debemos aplicar constantemente aquello de "vive y deja vivir".
Amiga,olvídate de la envidia de los hombres y disfruta del amor de aquellos que te queremos. Ignóralos, así quizás se olviden de que existimos....piensa que son sólo seres que merecen nuestra compasión por ser unos auténticos aburridos y...¡ son tan desdichados los pobres! Estamos tan ocupadas que no tenemos tiempo ni de hacerles caso. Eso sí que molesta.Un montón.
Con cariño