Todas las artes exigen la atención y la devoción del artista. Dice Nietzsche en su "Humano, demasiado humano":
Evitad hablar de dotes naturales, talentos innatos. Podemos nombrar grandes personas de todo tipo que estuvieron poco dotadas. Pero ellos adquirieron su grandeza, se hicieron genios (como se suele decir) por medio de cualidades de las que a aquellos a quienes les faltan no les gusta hablar; todos ellos tuvieron esa robusta conciencia de artesanos que empiezan por aprender las partes antes de arriesgarse a hacer un gran conjunto; se tomaron su tiempo por ello, porque disfrutaban más del éxito en el pequeño detalle, en lo accesorio, que del efecto de un deslumbrante conjunto. La receta, por ejemplo , para ser un buen escritor es fácil de dar, pero su ejecución precisa cualidades que generalmente se olvidan cuando se dice:"no tengo suficiente talento".
Háganse cien o más esquemas de novela, sin que ninguno exceda de dos páginas, pero de tal nitidez que todas y cada una de las palabras sean necesarias; escríbanse cada día anéctodas hasta que se aprenda a darles la forma más completa, la más eficiente; séase infatigable en recolectar y describir los tipos humanos y sus caracteres. Antes de nada cuéntese, lo más frecuentemente posible, relatos, y escúchense los relatos de los demás, con penetrantes ojos y oídos para captar el efecto de los mismos en los otros; viájese como paisajísta, y como modisto también; extráigase, para su uso personal, de cada ciencia todo aquello que, si se expone con claridad, produce efectos artísticos; considérese, finalmente, las causas de las acciones humanas, sin desdeñar la más mínima indicación que pueda resultar instructiva, y hágase uno coleccionísta de todas esas cosas noche y día: déjese pasar en este múltiple ejercicio unos diez años; pues bien, lo que usted ha creado en su taller artesano puede ahora, orgullosamente, salir a la calle. Por el contrario, ¿qué hace la mayoría? Ellos no empiezan por las pequeñas partes sino que van directamente al conjunto. Es posible que alguna vez consigan tener éxito, atrayendo hacia sí la atención de los demás, pero a partir de ahí sus obras saldrán peor y peor por razones muy naturales.
Algunas veces, cuando la inteligencia y el carácter faltan para llevar a cabo un proyecto de vida artístico, son el DESTINO y la NECESIDAD quienes se imponen en su lugar, y llevan paso a paso al futuro maestro todo a lo largo de los exigentes requerimientos de su oficio.