Está el mar que arde, encendido en la tarde, con los destellos de mis recuerdos en los reflejos del agua.
El inocente chapoteo de las olas cruzando el bote desde Portugalete, me trae nostalgias de mi infancia..., y ese deseo de querer volver a ser niña, no entiende de negativas porque llora cuando le falta algo.
Están los ojos ya lejos de las aguas, de vuelta a la montaña mirando los caminos con flores entre vivas y marchitas, pisoteadas sin piedad por el descuido y la indiferencia.
Y a mí, aún me importan esas cosas: las cosas del querer. Me asusta aún encontrarme frente a frente con el amor y no poder besarlo. Cierro la puerta a la esperanza y poco me afecta ya el paso del tiempo perdido, "mayo, junio o julio, ¡qué más da!" , me digo, "eso no es para mí".
Está el mundo tan revuelto... y yo, tan boba...que no se qué hacer con mi memoria porque, cuando parece que ya me calmo, de golpe, todo me sabe a ti.
Isabel Bravo©