miércoles, 14 de junio de 2017
La invención y la motivación.
Es tarea del buen enseñante motivar al alumnado para despertar el interés por cualquier asignatura.
Siempre son muy prácticos, esos cursos de reciclaje, innovación o como quieran llamarse, del profesorado, para pretender dar claves claras y tener estrategias en la enseñanza.
Con todo esto, te venden lo fundamental en nuevas tecnologías, ejercicios aplicables al quehacer diario y un sinfín de cosas que al final decides si las tomas, o las dejas.
Actualmente, con el facebook, el twitter y demás medios de comunicación nos cuentan las hazañas de profesores extraordinarios, premios a la enseñanza que utilizan todas estas técnicas y muchas más, que luego mercadean a su vez con la venta de libros, impartición de cursillos etc.
El entusiasmo por aprender de los profesores y ponerse al día para la invención y la motivación, no se pone en duda a pesar de que, muchas veces, se realicen con cierta desgana, después de una jornada laboral dura con alumnado conflictivo. La cuestión es saber qué es lo que buscamos. Será acaso,¿ser más competentes,más eficaces en nuestro trabajo? ¿Cual es la llave mágica que abre el cerebro de nuestros alumnos y los despierta del aburrimiento y el letargo que produce el desinterés?
El buen maestro siempre ha estado ahí y el mejor, muchas veces escondido. Ni ha editado libros, ni ha dado cursillos, ni ha ganado premios. Su constancia ha sido su base.
Ese maestro anónimo ha dedicado su vida a la generosidad de la enseñanza y la única motivación que ha utilizado ha sido su propio entusiasmo y su trabajo incansable.
Recuerdo a muchos de mis profesores, pero aquellos a quien más recuerdo son aquellos que nunca tiraban la toalla si no entendíamos algo. Aquel que se acercaba, juntaba la silla y no se levantaba hasta que lo comprendías. Aquellos a los que les brillaban los ojos cuando explicaban, aunque no les entendiéramos lo que nos querían transmitir. Y hablábamos,provocaban debates , te hacían pensar.
Esos profesores, son muchos de mis compañeros. Los veo a diario,preocupados, buscando lo mejor para cada niño.
Y esos alumnos, somos nosotros mismos hace unos cuantos años, no hemos cambiado tanto