Rota, sucia , inservible. Así te llaman.
Una pieza despedazada que pide una segunda oportunidad.
Nunca volverás a ser igual, partida en dos, fracturada. No hay fragmentos para unirte, aún así pareces implorar una reconstrucción.
Golpeada y arañada...se acaricia su color, se oscurece.
Barniz para que brille y matices envejecidos para disimular sus pliegues y carencias.
Más mimos a su madera antes clara y apagada, ahora con solera.
Soporta el peso de un nuevo trabajo y así, vuelve a la vida.