En el arte, siempre se han utilizado las emociones humanas para alcanzar las cotas de expresividad suficientes que lleguen al corazón humano. Aristóteles o Pitágoras ya sabían que un modo o la frecuencia de una nota tenía un carácter diferente y asociaron esas vibraciones con los afectos humanos. Así iniciaron la teoría del Ethos y con ello la Acústica musical.
Así se describen los primeros 10 afectos de una lista de 48 recogida en textos de la Antigüedad :
I. El deseo es la esencia misma del
hombre en tanto es concebida como determinada a obrar algo por una
afección cualquiera dada por ella.
II. La alegría es
la transición del hombre de una mayor a una menor perfección.
III. La tristeza es la
transición del hombre de una mayor a una menor perfección.
IV. La admiración es la
imaginación de alguna cosa en la cual el alma permanece absorta.
V. El desprecio es la imaginación
de alguna cosa que toca tan poco al alma, que el alma misma, por la
presencia de la cosa, es movida a imaginar lo que en la cosa misma no
existe, más bien que lo que en ella existe.
VI. El amor es una alegría
acompañada por la idea de una cosa externa.
VII. El odio es una tristeza
acompañada por la idea de una causa externa.
VIII. La propensión es una alegría
acompañada por la idea de alguna cosa que es, por accidente, causa
de tristeza.
IX. La aversión es una
tristeza acompañada por la idea de alguna cosa que es, por
accidente, causa de tristeza.
X. La devoción es
el amor hacia aquel que admiramos.