Es sin duda, el taoísmo, una de las corrientes filosóficas más antiguas de la humanidad. Este modo de vida aún perdura hasta nuestros días, con diversas trayectorias y variaciones.. En el taoísmo inicial hay tres grandes maestros que se mencionan en la historia : Lao Tse, Lie Tse y Chuang Tse.
El primer texto taoísta , el "Tao Te Ching", de Lao Tse, fechado en el siglo VI antes de Cristo, tiene un origen envuelto en el misterio. En el siglo VII a.C, en el pueblo chino ya existía una profunda lucha entre estados y escuelas filosóficas, por lo que es posible que el taoísmo ya surgiera anteriormente.
En textos de la Antigüedad Clásica griega es fácil encontrar vínculos o relaciones con esta filosofía, como cuando Aristóteles, Heráclito o Pitágoras hablan de "lo entero y lo no entero, lo concorde y lo discorde, lo consonante y lo disonante, y del todo el uno y del uno el todo".
Esa convergencia entre Oriente y Occidente también se observa claramente en la utilización de símbolos paralelos de pensamiento propiamente taoísta; cada uno con sus figuras exclusivas acordes con su cultura occidental u oriental.
El taoísmo es una filosofía que se sale de lo común: " Huye del renombre y del reconocimiento: busca hacer sin actuar, es decir, realizar las cosas sin recompensa, sin ligarse a ellas, sin dependencia.
No se enfrenta, no daña, su actividad es espontánea y su lugar es el más sencillo, el más bajo. Es como el agua, se acomoda en lo bajo, desciende entre los hombres en busca de la oquedad confusa que sin obrar todo realiza". ( Libro de enseñanzas taoístas)
Esa es la vía secreta del Tao, la vía de la no acción, wu wei, de la naturalidad, sin aspiraciones, sin normas, sin hacer daño a los demás.
El sabio taoísta se aleja de las pasiones y dependencias, busca la vía natural, la vía del Tao y de su virtud, fluyendo en libertad y perfección. Si el agua fluye con mucha velocidad, puede provocar una inundación, es como la pasión, que se manifiesta sin freno y desbocada: la lujuria, la avidez y el delirio por la grandeza. Si el agua discurre con lentitud, se puede estancar, a veces se seca, se evapora o entra en contacto con el frío y se vuelve hielo. Es la indiferencia, la falta de amor, la pasividad.
El agua es siempre la misma, es el entorno el que hace que varíe sus características. "Se agua, amigo" decía Bruce Lee, y con ello decía que siendo agua, podemos dejar que los demás beban de nuestro manantial, podemos donar nuestra agua, nuestro amor infinito, sin dañar, siendo compasivos, siguiendo la vía del Tao.
Es como cuando una música chillona y retumbante daña nuestros oídos y nos empeñamos en escucharla porque nos excita. Debemos serenar esa agitación interna y buscar el equilibrio: escuchar una música suave, relajante, que nos ayude a serenarnos. Esa es la vía del Tao, buscar el equilibrio.
En este mundo que vivimos donde el pisoteo al compañero, la competitividad, la irreflexión en nuestras acciones, estas guerras penosas, muertes de niños inocentes, de seres humanos asesinados, engañados, tratados como esclavos, sin ser esclavos, donde la única justificación es el poder, el dinero y el renombre...necesita una medicina como el Tao.