miércoles, 14 de diciembre de 2011

Soledad

                                          

Aquello que llamamos soledad se asemeja, a mi entender, a un desconocido perfume. Su mística fragancia usada sin control, impregna  nuestro cuerpo provocándonos dolor, pena, indiferencia , llanto o incluso a veces, una sublime paz.

La soledad es un espejismo tan duro y cruel que nos hace enfrentarnos con nuestro propio reflejo y nos confunde añadiendo dramatismo a nuestra vida.

Nos quejamos de que estamos solos, sin equipo, en proyectos, en batallas diarias y en un mar de dudas. Confundimos la falta de apoyo, la física o psíquica necesidad de alguien a nuestro lado, sufriendo con la eterna duda de qué hacer y cómo vivir.

Mira a la izquierda y observa esa sombra alargada que aparece en el suelo. Ella sí que comprende cuan lejos está la singularidad. El uno, no es uno. Dentro de él hay tantos que no alcanzo a ver dónde está ese solo. Por eso, dentro de una luz hay millones de partículas luminosas que encienden nuestro camino y así marcando el sendero, puede que tus pasos y los mios pisen  el mismo suelo y se contagien de la alegría de vivir un momento parecido en compañía.

Si superas el sufrimiento que genera la soledad inexistente podrás entrar algún día en el gran vacío y formar parte de el para beber de su silencio y de su sonido.
Perfumate pues, con sabiduría y empápate de ahí , de donde no hay nada.....con ese aroma que mencionaba al principio.