viernes, 28 de octubre de 2011

Poema de Delmira Agustini

EL CISNE




Pupila azul de mi parque

es el sensitivo espejo

de un lago claro, muy claro!…

Tan claro que a veces creo

que en su cristalina página

se imprime mi pensamiento.



Flor del aire, flor del agua,

alma del lago es un cisne

con dos pupilas humanas,

grave y gentil como un príncipe;

alas lirio, remos rosa…

Pico en fuego, cuello triste

y orgulloso, y la blancura

y la suavidad de un cisne…



El ave cándida y grave

tiene un maléfico encanto;

clavel vestido de lirio,

trasciende a llama y milagro!…

Sus alas blancas me turban

como dos cálidos brazos;



ningunos labios ardieron

como su pico en mis manos;

ninguna testa ha caído

tan lánguida en mi regazo;



ninguna carne tan viva

he padecido o gozado:

viborean en sus venas

filtros dos veces humanos!



Del rubí de la lujuria

su testa está coronada:

y va arrastrando el deseo

en una cauda rosada…



Agua le doy en mis manos

y él parece beber fuego,                                       

y yo parezco ofrecerle

todo el vaso de mi cuerpo…



Y vive tanto en mis sueños,

Y ahonda tanto en mi carne,

que a veces pienso si el cisne

con sus dos alas fugaces,



sus raros ojos humanos

y el rojo pico quemante,

es solo un cisne en mi lago

o es en mi vida un amante…



Al margen del lago claro

yo le interrogo en silencio…

y el silencio es una rosa

sobre su pico de fuego…

Pero en su carne me habla

y yo en mi carne le entiendo.



-A veces ¡toda! soy alma;

y a veces ¡toda! soy cuerpo.-

Hunde el pico en mi regazo

y se queda como muerto…



Y en la cristalina página,

en el sensitivo espejo

del algo que algunas veces

refleja mi pensamiento,

¡el cisne asusta, de rojo,

y yo, de blanca, doy miedo!