miércoles, 24 de junio de 2015

Corazón rosa





No hay nada como ir a la consulta de un médico para adquirir la información de las revistas del corazón. En estos ejemplares del periodismo rosa, puedes encontrarte con personajes increíbles, unos completos desconocidos para ti y que, según parece no sabías que fueran tan archiconocidos , muchas veces, no precisamente por haber llevado una vida ejemplar.

Cuando leo estas noticias siento cuán desplazada se puede vivir de este mundo si no controlas estos  datos esenciales para sobrevivir en una conversación popular, que verse sobre este ambiente.Repletas están las redes sociales, periódicos, chats y demás medios de comunicación que muchas veces, cuando hablan sobre estos temas de los que no estoy muy ducha, tengo que hacer un esfuerzo extra para enterarme de qué van.

No es que me parezca mal, sino que me parecen perfectamente prescindibles, aunque si que se puede aprender un rato sobre la manipulación de la información y de cómo el ser humano crea iconos y modelos chungos que luego son temas de debate o de conversación general. Muy triste que sea  más importante la noticia de que una señora se ha divorciado o que es feliz haciendo compras en Londres, en vez de tratar la difícil situación por la que pasa una familia o un pueblo en situación de pobreza.

A mi, esos cuerpos artificiales, cuerpos 10 de photoshop, famosos por ser millonarios en superficialidad me huelen mal, aunque usen Chanel nº5 . Aunque me pese, esas revistas se venden y siguen siendo el entretenimiento de muchas personas, en muchas situaciones. Por eso, deben de estar y ser consumidas (con moderación).

Miro la página de moda, qué colores se llevan; la de cocina, ya me han dado una idea para un plato. Y cotilleo, mucho cotilleo...vale. Espero mi turno y hago el sudoku.

Me llama la enfermera y me riñe por la postura cuando leo. Que ponga la revista a la altura de los ojos, que cuidado con mi cuello y mi espalda recta. Para algo ha servido la revista.

martes, 9 de junio de 2015

El Seppuku






En el libro de los cinco anillos del samurai japonés Miyamoto Musashi habla de la vía del guerrero inspirándose en el budismo y el confucionismo. Las reglas del Bushido, en el que también hay elementos procedentes del zen y del sintoísmo son esa vía del guerrero , la cual, exigía respetar los valores de la honestidad, la lealtad, la justicia, la piedad, el deber y el honor. La deshonra del guerrero por la desatención a estos preceptos se expiaba mediante el Seppuku o suicidio ritual.

"La honestidad y justicia (Gi) implica ser escrupulosamente honrado en sus relaciones con los demás, creer en la justicia que procede no de otras personas sino de él mismo.

El valor heroico (Yu) se refiere a elevarse por encima de aquellos que temen actuar: esconderse como una tortuga no es vivir. El valor heroico no es ciego, sino inteligente y fuerte.

La compasión (Jin) el samurai adquiere en su entrenamiento un cuerpo esbelto y fuerte y adquiere un poder que debe de ser empleado para el bien común.Es compasivo y aprovecha cualquier oportunidad para ayudar a los demás.

La gentil cortesía(Rei) El samurai no tiene motivos para comportarse de manera cruel, no necesita mostrar la propia fortaleza. Un samurai es amable incluso con sus enemigos. Por eso un guerrero es respetado, por cómo interactúa con otros hombres.

La completa sinceridad (Makoto o Shin) No hace falta que de su palabra o prometa. Hablar y actuar son la misma cosa.Cuando expresa su propósito de emprender una acción, prácticamente está ya concluida.

El honor (Meiyo). Sólo hay juez del honor del samurai: él mismo.Las decisiones que adopta y las acciones que le siguen son un reflejo de lo que es realmente. No puede ocultarse de si mismo.

El deber y la lealtad ( Chugi) El samurai es dueño de sus palabras y de sus acciones. Asume la responsabilidad de sus fallos. El samurai es fiel a aquellos de los que se ocupa y fiel a aquellos de los que se responsabiliza."

El harakiri o corte del vientre para efectuar el seppuku no solo estaba reservado a los samurais, fue adoptado por todas las clases sociales, aunque fue introducido en el Japón feudal por los samurais. El seppuku se practicaba para escapar a la deshonra de una captura por el enemigo , como gesto de devoción a una persona fallecida o cualquier asunto que atentara contra el honor.En la ópera Madame Butterfly se finaliza con el jigu o suicidio femenino, con las piernas atadas para evitar una posición indecorosa. Para evitar el sufrimiento de la evisceración por el harakiri surgió la figura del Kaishakunin, una persona que se encargaba de asistir el seppuku y procedía a la decapitación mediante un golpe certero, mediante un tachi, una espada más larga que la katana.

La enseñanza de los samurais se resume en que la auténtica vía del guerrero es intentar mejorar siempre, por medio del conocimiento de uno mismo y tomando como punto de referencia la plasmación de esta vía hacia la sabiduría.

Nuestra propia senda, nuestro propio camino, esa es la senda del guerrero, la muerte. El fin de la vida es lo que la da valor.