sábado, 26 de octubre de 2013

La búsqueda













Perdidos estamos cuando descuidamos nuestro camino. La angustia, a veces, nos desorienta más y ni siquiera recordamos de dónde partimos. Volver al punto uno nos inclina al fracaso. ¿Porqué no encuentro el origen de mi vida?
El nacimiento y la muerte más unidos que nunca. Inspiro para espirar. Bebo para vaciar la copa del agua que me da energía, savia que se llena y se descarga.
No hay fronteras, ni linajes, ni diferencias, pero esto no significa que haya encontrado el sentido...es posible que ni deba buscarlo y que ni siquiera exista eso que llamamos el sendero de la vida.
Nosotros damos nombre a las cosas y las personas. Nosotros inventamos las diferencias. ¿Por eso nos extraviamos?
Me siento y espero. No puedo hacer más. Crujen las hojas al pisarlas, las voces son ecos de la montaña, el murmullo del agua, crepita el leño sobre el fuego. No significa nada. La salida a mi incertidumbre no tiene rostro en el cielo, pueden llover cien días y nadie me responde.
Un sueño me avisa de que algo pasa.

jueves, 17 de octubre de 2013

Pensamiento







Inmutable, la roca, tiene el poder de la verdad interior. Solo ella conoce las entrañas de la tierra . Sabia de caricias del musgo que la penetra y del agua que choca contra su ser.

No abandona jamás su camino. Acaso se mueva la tierra y resquebraje su interior, pudiendo debilitar así su alma, llena de fallas, de errores cuarteados por el tiempo, fracturados de tantos golpes y arañazos del viento.

Su suave metamorfosis la hace vulnerable  , accesibles son sus surcos al fin, y en ese vacío....penetran mis palabras para colmar sus deseos más íntimos, dibujándola una sonrisa, como si fuera un misterio. El porqué no  lo preguntes: no hay excusa para la pasión. Sucede y basta.
Parece que cuando se ama ya está el problema resuelto.

Pero la roca permanece inconmovible, inalterable ,su continua expresión de hastío. Se queda sola mirando al frente, desperdicios de la gente entre sus manos, humillada, pisada y maltratada. Tiene un nido abandonado entre sus zanjas, escondidas las serpientes se aferran  entre pedruscos y gravas.
Así, camino por otro lado. De un manantial ,beben gorriones y el agua, de sus picos ,se hunde en la tierra y brotan nuevas palabras.
Empieza algo nuevo, lo viejo, se acaba.

jueves, 10 de octubre de 2013

La condena del silencio




Es la amusia, una enfermedad neuronal, normalmente causada por una lesión cerebral, que imposibilita reconocer correctamente los tonos o los ritmos musicales. El compositor vasco-francés Maurice Ravel sufrió en los últimos años de su vida un problema de afasia (dificultades en el lenguaje) y de amusia.

A consecuencia de sufrir un accidente de automóvil en el que se golpeó la cabeza, sus alumnos del Conservatorio de París comenzaron a notar que el maestro escribía letras entre los signos musicales y se lo hicieron saber.
Su situación fue empeorando y cada vez cometía más errores en la escritura que no tenían ninguna lógica. Necesitaba más tiempo de lo normal para escribir cualquier tipo de carta. Se cuenta que para escribir a un amigo suyo una carta de 50 palabras, precisó el diccionario y un día entero.
Su sufrimiento posterior fue terrible, pues era capaz de detectar cualquier fallo musical, ya que poseía un oído absoluto, sin embargo, era incapaz de hablar y expresarse con normalidad.
Se cuenta que dijo: "Nunca escribiré mi Juana de Arco, esta ópera está aquí, en mi cabeza, la oigo, pero nunca la escribiré. Se ha acabado, ya no podré escribir más música". Su último deseo no pudo realizarse, por desgracia.

Los cuatro últimos años de su vida estuvo condenado al silencio.